Las joyas de la Biblioteca Penzol, señala su director, Fernández del Riego, fueron logradas "con libreiros de vello de Madrid e Sevilla, pagando prezos altísimos". Fermín Penzol era un bibliófilo con un alto poder adquisitivo al que los libreros antiguos ofrecían las obras antes que a nadie. "Como el pagaba o que lle pedían e no acto, servíanllo a el antes ca outros".

Cuatro eran las condiciones establecidas por Penzol para adquirir las obras: ser libros editados en Galicia; de autor gallego; obras en lengua gallega o un tema relacionado con la región.

Así, a golpe de billetera, fue logrando manuscritos de la Edad Media en gallego, latín y castellano. Documentos "en general, jurídicos" tal que donaciones de bienes que pertenecían al Monasterio de Monfero. También documentos de familias importantes de la historia de Galicia, dueños de pazos, que se fueron deshaciendo de sus fondos. "É, posiblemente, a biblioteca do mundo que ten os fondos máis interesantes e importantes deste tipo. Esta é unha biblioteca para investigadores", señala del Riego, director de la Biblioteca Penzol.

El mismo añade que, entre los fondos, también se encuentran libros raros, curiosos e incluso "dalgúns non hai exemplares deses no mundo non máis ca aquí". Entre esas joyas, destaca "Regla de la Orden de Caballería del Señor Santiago de Espada" de 1526.

Como oro en paño, también se guarda el "Álbum de autocaricaturas" donde un joven Castelao estudiante se define a sí mismo a través de sus dibujos. A través de ellos, podemos verlo durmiendo con las piernas saliendo fuera de la cama; tocando un acordeón mientras un cochinillo corre a su alrededor; dibujando en un caballete; tocando la guitarra o encendiendo su cigarro en una farola.

Más a mano, la Biblioteca Penzol muestra en el museo "Os Lusíadas", el canto del portugués Camoes al pasado añorado del Imperio luso añorado, con apuntes a mano realizados por el mismo Eduardo Pondal.