Se reconoce como un rebelde de por vida, "hasta la eternidad". Ron English, el artista radical, transgresor y combativo, muestra por vez primera en España, en Tui, su obra reivindicativa en vallas con mensaje, llenas de belleza y originalidad. "Me parece increíble verlas colocadas con mi obra en una ciudad histórica como esta", confiesa. Nació hace 46 años en Illinois (EE UU), es padre de familia y ha llegado hasta la ciudad fronteriza de la mano de Play-Doc Festival Internacional de Documentais de Tui, donde ayer se proyectó el film "POPaganda, el arte y crímenes de Ron English", dirigida por Pedro Carvajal, quien ayer actuó de amable traductor para esta entrevista.

- ¿Cómo se autodefine?

- Soy un artista, pero lo que hago es cultura subversiva. Otra de mis facetas es la humorística. De hecho, la parte "legal" de mi trabajo es sobre la causa social.

- En estos momentos, ¿con qué tema está más sensibilizado a la hora de crear su publicidad combativa?

- Sin duda, la guerra que posiblemente explote en Irán. Hay un gran movimiento en mi país donde se elimina la teoría de la evolución, desechando el concepto científico del origen del ser humano. También me motiva la actuación de grandes multinacionales que promueven el gran consumo de azúcar en

EE UU, que sólo a ellas beneficia y que afecta a los niños, que se hacen hiperactivos, estado que se combate administrándoles un medicamento.

- ¿Qué le estimula para seguir creando en esa línea?

- La ingerencia corrosiva del consumismo a través de la publicidad que promueven las multinacionales invirtiendo millones de dólares para que el gran público se lance a consumir azúcar, gasolina y tabaco. Hay un coche que se construye en mi país diseñado para un mayor consumo de combustible. Tener ese coche, significa para mis compatriotas ser importante. Yo quiero transmitir el otro lado de esa publicidad, el otro lado de la moneda.

- Es la batalla de David contra Goliat...

-Sí. La publicidad tiene una capacidad de persuasión muy grande, de tal manera que el poder la utiliza para sus propios fines, para convencer al consumidor que, casi siempre, cae en la red.

- En EE UU se criminaliza la utilización que usted hace de las vallas publicitarias de otros. ¿Ha pagado su deuda con la Justicia?

-Mi abogado dice que me puede "caer" un año de cárcel por lo que he hecho, pues hay pruebas. Si sigo, serán siete años. Ahora estoy desconcertado porque los propietarios de las vallas no van a por mí, quizás por no crear controversia con una posible rebelión juvenil a mi favor.

- ¿Qué concepto se lleva de Tui y del festival Play-Doc?

- Para mí ha sido increíble poder ver mi obra colocada en vallas en una ciudad histórica como Tui, de manera que pueda ser vista por el público en general. Aquí volveré con mi mujer y mis hijos.