Las reconstrucciones gráficas y escultóricas, que llegan en la actualidad al realismo del 3D, son el principal vehículo y a veces el único, como señaló Antón, para dar a conocer esas especies desaparecidas. Hoy se profundiza en la posibilidad de plasmar imágenes en movimiento a partir de las tecnologías de animación tridimensional por ordenador, tema en el que Antón dio casi al final de su charla unas interesantísimas claves metodológicas. "La evidencia directa del movimiento de los animales prehistóricos, su información codificada, está en sus huellas fósiles -dijo-, como esas del riquísimo yacimiento de Salinas de Añana. Pero para lograr esa `resurección virtual´ hay que ajustarse a un modelo metodológico, entrecruzar datos de otros yacimientos, de huellas de pasos y anatomía, del análisis del movimiento de los animales actuales..."

Según explicó, el trabajo del reconstructor científico conlleva la responsabilidad de asegurar que esas imágenes transmitan rigurosamente los conocimientos que la paleontología ha recabado sobre esas especies.