"El pasajero entró en la tienda, pidió algunas informaciones, seleccionó diferentes productos, pagó y se fue. Cuando le anunciaron el monto de la factura no pareció sorprenderle en exceso", asegura la dependienta de la tienda.

La faraónica compra tuvo lugar el pasado martes en la terminal 2C del aeropuerto, minutos antes de embarcar con destino a China.

Un cuarto de hora le bastó al ciudadano chino para seleccionar un Château Mouton-Rothschild de 1945, un Armagnac de 1900, un Côtes du Rhòne Hermitage La Chapelle de 1978 y un coñac de 1806 difícil de encontrar, según Aeropuertos de París (ADP).

No sin ironía, la empresa que gestiona el aeródromo recordó que el calendario chino indica que estamos en el año del cerdo, "símbolo de profusión y renacimiento".

De forma más científica, ADP señaló que el número de chinos que transitaron el año pasado por el Roissy-Charles de Gaulle aumentó un 7,25 por ciento, por lo que se superó el millón de pasajeros de esa nacionalidad.

La estancia media de los chinos en Francia es de 27 días y el 59 por ciento de ellos frecuenta las tiendas del aeropuerto, aunque no todos dejan la misma huella en los dependientes.