Las nuevas directrices del Ministerio de Educación no ordenan ni recomiendan a las escuelas prohibir el velo, pero señalan que podrán hacerlo si lo consideran conveniente y tras la correspondientes consultas al respecto, indicó hoy un portavoz de esa cartera.

Estas guías, que divulgará próximamente el Gobierno y de las que informan hoy los medios británicos, responden al caso de una joven de 12 años que el mes pasado no consiguió que el Alto Tribunal de Londres revirtiera la decisión de su colegio de prohibirle llevar el "niqab", el velo islámico que cubre toda la cara.

El Ministerio de Educación prometió que emitiría unas guías sobre uniformes tras el caso de ese colegio, ubicado en el condado de Buckinghamshire (sureste de Inglaterra), pero cuyo nombre, así como el nombre de la alumna, no han sido divulgados por razones legales.

Hasta ahora, los directores de escuelas están autorizados a establecer la política de su colegio sobre uniforme escolar.

La cartera de Educación considera que los colegios deberían hacer un esfuerzo para aceptar ropas que respondan a la religión de los alumnos, pero puntualiza la importancia de que la vestimenta no suponga un obstáculo en la enseñanza para que maestros y alumnos puedan mantener contacto visual.

El colegio de Buckinghamshire argumentó que el velo dificultaba la comunicación entre maestro y alumna y, por lo tanto, obstaculizaba el aprendizaje.

Los maestros deben saber si el alumno muestra entusiasmo o presta atención, pero el velo impedía esta comunicación, según la escuela.

"Si la cara de un alumno es ocultada por cualquier razón, el maestro no podría juzgar su participación en el aprendizaje o conseguir que tome parte en discusiones o actividades prácticas", señalará el Ministerio de Educación en su nueva guía.

La directora del colegio de Buckinghamshire, cuyo nombre tampoco ha podido ser divulgado por razones legales, dijo a la BBC que sería muy útil contar con directrices del Ministerio sobre los uniformes.

"No es correcto que las escuelas tengan que argumentar caso por caso", añadió la directora, que no se arrepiente de haber defendido la decisión de su colegio ante los tribunales.

"Sentimos esto como una cuestión de principio, de que no debería haber obstáculos para la comunicación entre estudiantes y maestros", resaltó.