En conferencia de prensa, Garrido afirmó que ahora es el momento de abordar esta cuestión, no sólo con la despenalización, sino mediante una regulación por ley de la eutanasia activa porque "hay algo peor que la pena de muerte y es la obligación de vivir en contra de tu voluntad".

En su opinión, la retirada del respirador a Inmaculada Echevarría es un caso "típico" de eutanasia pasiva voluntaria y no debe ser "un caso excepcional", sino que "debe aplicarse a todos los que lo deseen", tras lo que criticó que "juguemos con las palabras".

"El que tenga creencias religiosas que cumpla los preceptos de su religión, pero ya está bien de que la Iglesia siga imponiendo sus normas a la sociedad civil y que un gobierno progresista ceda al chantaje", sentenció Garrido.

Agregó que "no nos pueden condenar a todos al infierno de no poder decidir sobre nuestra propia vida", por lo que insistió en que la regulación debe ir "mucho más allá" de la establecida en la Ley de Voluntades Anticipadas.

A su juicio, el caso de Echevarría "sienta precedente", aunque lamentó que haya "mucho cura y mucha monja escondida dentro de los propios laicos".

El diputado de Los Verdes confió en que los casos de Ramón Sampedro e Inmaculada Echevarría "sirvan para algo", al tiempo que se mostró convencido de que, más que un debate social, lo que hay es un debate entre "políticos asustados y obispos agresivos".

Garrido, que está esperando una respuesta del PSOE a su propuesta, reconoció la difícil situación de su organización en el seno del Grupo Socialista, una situación que "tendremos que reconsiderar" en las próximas semanas, advirtió.

En este sentido, criticó el "ninguneo" del PSOE hacia las posiciones de Los Verdes y denunció que los nacionalistas son los que "imponen" la agenda política en el Parlamento.