El comisario europeo de Desarrollo, Louis Michel, consideró ayer "impensable" que se reduzca la pobreza en el mundo sin facilitar el acceso al agua potable en los países más desfavorecidos, donde más de 1.100 millones de personas carecen de ella y donde cada 8 segundos muere un niño por esa causa.

Michel hizo esta advertencia en la apertura de la primera Asamblea Mundial de los Representantes Electos y los Ciudadanos por el Agua (AMECE) en el Parlamento Europeo, a la que asisten unos 600 representantes de más de 80 países, entre ellos de Bolivia, Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, México, Perú y Ecuador, para debatir y presentar sus propuestas para mejorar el acceso al agua.

El comisario se preguntó: "¿Cómo aceptar que en el siglo XXI más de 1.100 millones de personas no tengan acceso al agua potable y que millones de niños mueran cada año por enfermedades vinculadas a la falta de ella?".

"No hay excusa para ello", sentenció el comisario, para quien es "impensable reducir la pobreza" en el mundo sin llevar el agua a las poblaciones más necesitadas.

"¿Cuántas niñas pasan el día cargando agua para sus familias en vez de ir al colegio?", se preguntó el comisario antes de señalar que el acceso al agua potable se debe acompañar de otras medidas en favor de la educación y la alimentación.

"Las soluciones técnicas existen -añadió Michel-, pero su puesta en marcha se topa con problemas de gobierno, de falta de compromiso político y de capacidad financiera"

En ese sentido, recordó el compromiso adquirido por la Unión Europea de facilitar el acceso al agua en los países en desarrollo, tarea a la que destina unos 1.400 millones de euros anuales, lo que la convierte en el principal donante internacional.

Michel destacó "la importancia capital" que tiene una buena gestión regional de las cuencas hidráulicas en la prevención de conflictos y catástrofes naturales, una cuestión sobre la que recordó que el cambio climático acentuará el riesgo.

Además de reclamar una nueva asociación UE-África para avanzar en estas cuestiones, llamó la atención sobre la importancia de contar con los poderes locales.

El ministro boliviano del Agua, Abel Mamani, apuntó que "el debate hoy no es reconocer nuevamente que el acceso al agua es un derecho humano", sino que "es un principio básico que deberán reconocer en instancias mundiales como la ONU".

Mamani afirmó que "hoy tenemos que empezar a debatir cómo vamos a implementar en nuestros pueblos ese derecho", una cuestión que consideró que será más difícil en Latinoamérica, África y Asia.