Mills, que está promocionando una nueva campaña de defensa de los animales, declaró a la cadena GMTV que se ha sentido "destrozada" y "horrorizada" por las cosas negativas que se han escrito sobre ella.

"Pero ahora creo que todo esto me ha pasado para que pueda cambiar las leyes sobre privacidad", afirmó.

Explicó que se ha querellado contra tres periódicos del Reino Unido y que, cuando gane, pedirá que escriban una larga disculpa y que confiesen que han mentido.

"Así conseguiremos un buen periodismo", manifestó.

Mills, de 38 años, es objeto de una implacable persecución de los medios de comunicación desde que el año pasado ella y Paul McCartney anunciaron que se divorciaban tras cuatro años de matrimonio y una hija en común.

En la entrevista con la cadena británica, la ex modelo, que en 1993 perdió una pierna al ser atropellada por una motocicleta de la Policía, aseguró que no le interesa hacerse publicidad, y puso como ejemplo que nunca concede entrevistas en televisión más que para promocionar una causa.

"Piensen en ello. ¿Cuándo salgo por la tele, cuántas veces al año?... No voy a promover algo que me reporte dinero, si así fuera, estaría forrada", señaló la activista, que pronto participará en un programa televisivo de baile en Estados Unidos.

En otra entrevista con la BBC, también para promocionar su última campaña contra la crueldad con los animales, en este caso lo cerdos, afirmó que su divorcio del popular músico "es amistoso" y aseguró que siempre sentirá algo por el padre de su hija Beatrice.

"Nunca lo superaré, siempre le querré", dijo a la BBC 24 Horas, para añadir que, no obstante, ahora tiene que "pasar página".

En otra noticia aparecida hoy, la Policía del condado de Sussex (sur inglés), donde suele residir la ex modelo con su hija, se ha quejado de que ésta, que ha denunciado ser objeto de una campaña de acoso por parte de desconocidos, está abusando del servicio de llamadas de emergencia.

El superintendente Kevin Moore señaló que Mills, que ha llegado a avisar a los agentes cuatro veces en 24 horas, se arriesga a que le ocurra lo mismo que "al niño del cuento que gritaba: ¡qué viene el lobo!".