La exposición "Habla Gaudí" la conforman setenta obras entre copias de planos, cuadros del fondo del museo, bancos de la Cripta Güell u objetos que pertenecieron o están firmados por Gaudí.

En la muestra se exhibe también una copia de los únicos planos conservados de la Sagrada Familia firmados por Gaudí, hallados por casualidad, según el conservador del museo, Pere Jordi Figuerola, en el Archivo Municipal de Barcelona.

Esos planos no habían sido expuestos hasta ahora -también se reproducen en el catálogo de la exposición-, y en ellos, según Figuerola, se demuestra que "lo que se está haciendo en la Sagrada Familia es lo que diseñó Gaudí".

La única vidriera original de la Sagrada Familia, fechada en 1926, se pudo recuperar gracias a que permaneció enterrada durante la Guerra Civil y se ha encontrado recientemente en las excavaciones de las obras, ha dicho Figuerola.

El banco de carpintero que usó Gaudí entre 1913 y 1914 se hallaba en la Colonia Güell, así como las herramientas: reglas, escuadras y rosetas que ahora pertenecen a una colección particular.

Entre los documentos se hallan varias facturas de materiales, como la destinada a algunos de los elementos que Gaudí empleó en la construcción de la Colonia Güell.

La exposición incluye saquitos llenos de perdigones que el arquitecto utilizaba a modo de contrapesos, suspendidos por hilos, para construir sus maquetas y pequeñas chapas de cobre que los distinguían.

En la exposición se exhiben la mayoría de los bancos originales de la Cripta Güell, así como candelabros de Josep Maria Jujol, discípulo de Gaudí, de 1943.

La mayoría de objetos y documentos provienen de la Cripta Güell, que se halla cerrada desde hace un año y cuya parroquia los tiene depositados en el Museo Diocesano para su conservación o restauración.

En otro piso del Museo barcelonés se propone un recorrido ilustrado con reproducciones de escritos de Gaudí, acompañados por cuadros que pertenecen al fondo del museo.

En un apartado denominado "Colores" se pueden ver mosaicos hechos con restos de material de obra originales de Gaudí y pruebas de colores como las que utilizó para su emblemático "Blau Barcelona" (azul Barcelona) o una factura de 1913 de mosaicos que destinó a la Cripta Güell.