El Papa reafirmó ayer el valor del celibato eclesiástico y la indisolubilidad del matrimonio, sólo entendido entre un hombre y una mujer, en su

Exhortación Apostólica "Sacramentum Caritatis". Entre las conclusiones recordadas por el Pontífice en el documento, de 131 páginas, se hallan también un llamamiento a los políticos católicos para que no apoyen legislaciones contrarias a la vida y a la familia, y que las personas divorciadas y que se han vuelto a casar no pueden recibir los sacramentos. Benedicto XVI también defiende el uso del latín en las celebraciones eucarísticas internacionales y desaconseja a los sacerdotes realizar absoluciones generales.

Con este documento -presentado hoy a los periodistas en el Vaticano por el cardenal y patriarca de Venecia, Angelo Scola, n un acto en el que también participó el secretario general del Sínodo de Obispos, el arzobispo Nikola Eterovic-, el Papa concluye de modo oficial el Sínodo de Obispos que se celebró a finales de 2005 y en el que los prelados reflexionaron en torno a la Eucaristía, entendida como "fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia".

El Papa ha basado su trabajo, que tiene un total de 131 páginas, en una cincuentena de propuestas que fueron aprobadas por los más de 250 obispos que asistieron al primer Sínodo del Pontificado. Entre otros temas, aborda la cuestión del celibato que deben vivir los sacerdotes católicos entroncándolo con su "origen cristológico" y desvinculando esta cuestión de meras razones funcionales, como podría ser la falta de sacerdotes en el mundo. Según el Papa, este modo de vivir el sacerdocio "reafirma el sentido profundo del celibato", reconociéndolo como algo de valor "inestimable" y "signo que expresa la dedicación total y exclusiva a Cristo", al tiempo que se corresponde con el modo en que Jesucristo vivió en la Tierra manteniendo su "virginidad".

Aunque el documento se centra en el tema de la Eucaristía, el Pontífice también trata otras realidades humanas como son la familia, la indisolubilidad del matrimonio o la libertad a la hora de educar a los hijos, entre otros.