El año 2025 es la fecha que se ha fijado la Agencia Espacial Europea (ESA) para enviar la primera misión tripulada a Marte, un reto que, dado su enorme coste y complejidad, sólo se podrá llevar a cabo en colaboración con la NASA, que, por el momento, tiene otras prioridades. "No podemos ir solos. Tiene que ser una misión global, con la participación de la NASA y de la Agencia Federal Espacial rusa", explicó ayer Bruno Gardini, director del programa Aurora de la ESA, que se propone la exploración a largo plazo de los planetas del sistema solar para encontrar indicios de vida.

Gardini, que asegura que este es el reto aeroespacial más complicado que afronta Europa, ha señalado que esta misión requeriría de una partida de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares, una cantidad inasumible para la ESA, cuyo presupuesto representa sólo el diez por ciento del que dispone.