El Tribunal Supremo "no ha negado que los órganos no provengan de los prisioneros, lo que dice es que los prisioneros los donan voluntariamente. Pero el hecho es que tenemos evidencias de que el proceso para conseguir el consenso no es transparente", dijo hoy a Efe Nicholas Bequelin, portavoz de HRW en China.

Bequelin explicó que "hay evidencias de que muchos condenados no firman el formulario de donación y las autoridades de la prisión falsifican la firma".

"Las autoridades de la prisión obtienen directamente del condenado el consentimiento, y no de la familia, por lo que no es un consentimiento libre y voluntario como dice la ley que tiene que ser y obligan a los prisioneros a firmar el formulario", agregó.

Una fuente del Tribunal Supremo Popular de China señaló ayer a la agencia de noticias Xinhua que "la principal fuente de órganos para trasplante en China es la donación voluntaria de los ciudadanos que mueren, según su última voluntad".

Añadió que el uso de órganos de criminales ejecutados es "bastante excepcional" y que la donación de órganos de ejecutados no está prohibida por la ley china y se lleva a cabo "en beneficio del ser humano".

El Tribunal Supremo respondía así a las acusaciones de grupos como Amnistía Internacional que denuncian que los trasplantes en China, donde se llevan a cabo cada año entre 1.067 ejecuciones (según datos contrastados de AI, del total de 1.621 que tienen contrastadas en todo el mundo) y 8.000, según los propios legisladores chinos, es un negocio que no respeta la ética médica.

"Sabemos que el 95 por ciento de los órganos para trasplantes provienen de ejecuciones de prisioneros", asegura Bequelin, quien añade que, por ejemplo y según sus cifras, se llevan a cabo en China 5.000 trasplantes de riñón, en un país que no ofrece cifras de trasplantes ni de ejecuciones.

"La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un estándar para el trasplante de órganos que exige transparencia y una agencia nacional que supervise el proceso y publique las cifras, algo que no existe en China. Este sector está totalmente desregularizado y viola por completo la ética internacional de donación de órganos", añade el portavoz de esta ONG.