Tras la llegada de varios invitados, entre los que también se encontraban el vicepresidente del Colectivo Gay de Madrid (COGAM), Miguel Brox, la coordinadora del área transexual del Grupo Federal GLTB-PSOE, Carla Antonelli, y la secretaria general de la Federación Estatal de Lesbianas y Gays, Beatriz Gimeno, a las 12.30 horas hizo acto de presencia Ruiz-Gallardón, que fue recibido con gritos de apoyo.

Antes de la ceremonia, los novios, quienes se definieron como "una familia", se mostraron "muy contentos y felices" y afirmaron que iban a "ejercer un derecho" por el que llevaban varios años luchando. Además, tuvieron ocasión de denunciar que en la actualidad "en España haya personas que sufren discriminación y agresiones por mostrar públicamente su homosexualidad".

Asimismo, se mostraron muy orgullosos de que fuera el alcalde de Madrid quien oficiara la boda. "Ha estado siempre de nuestro lado, apoyando los derechos de lesbianas y gays", destacaron los contrayentes.

LAMENTAN LA AUSENCIA DE RODRIGO RATO

Sobre las ausencias de varios dirigentes del PP que estaban invitados, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, los novios destacaron que acompañándoles estaban "los verdaderos amigos", aunque lamentaron la ausencia del presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, al que dijeron haber "echado en falta". "Nos ha escrito una carta muy bonita y nos ha invitado a Washington. La verdad es que se ha portado muy bien con nosotros siempre", afirmaron.

La pareja aseguró que a la boda también asistieron "amigos sacerdotes, que son los que realmente nos importan", en alusión a las críticas que desde la Iglesia se habían vertido sobre dicha ceremonia.

La celebración, que contó dos madrinas y que fue amenizada por una orquesta de Gospel, tuvo lugar a las 13.00 horas en la Casa de la Panadería, situada en la madrileña Plaza Mayor. Durante la misma, el alcalde de Madrid leyó un poema del poeta libanés Gibrán Jalil Gibrán sobre la pareja y el respeto".

"Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre. Aunque las blancas alas de la muerte dispersen vuestros días, juntos estaréis en la memoria silenciosa de Dios, mas dejad que en vuestra unión crezcan los espacios y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Amaos uno a otro, mas no hagáis del amor una prisión; mejor es que sea un mar que se mezcla entre las orillas de vuestra alma", rezaba el poema.

"Nuevamente, Almitra habló y dijo: ¿qué tienes que decirnos del matrimonio, maestro?. Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis sólo en una, compartid vuestro pan mas no comáis de la misma hogaza. Hasta las cuerdas de un laúd están separadas, aunque vibren con la misma música. Ofreced vuestro corazón, pero no para que se adueñen de él. Porque sólo la mano de la vida puede contener los corazones y permaneced juntos, mas no demasiado juntos. Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados. Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés, ni el ciprés bajo la del roble", concluyó.