Javier Sánchez y Venancio Chantada, Urólogos: "Con la fotovaporización, el paciente puede regresar a casa el mismo día"

Álex Sanjurjo / A coruña

Todos los hombres sufren problemas de próstata a partir de una determinada edad. El más común de ellos es la hipertrofia prostática, una dolencia que inflama esta glándula y que impide al paciente orinar con normalidad. En algunos casos, el enfermo no sale a dar un paseo si no tiene localizados varios aseos en el recorrido. La fotovaporización prostática con láser es una técnica innovadora que elimina los inconvenientes de los tratamientos convencionales, como el sangrado o la disfunción eréctil

La esperanza para los enfermos de adenoma de próstata es verde. Unos 130.000 pacientes en todo el mundo han sido tratados con la fotovaporización por láser y hasta ahora no se ha descrito ningún problema. El hospital Santa Teresa, en A Coruña, es el primer centro gallego donde se emplea esta técnica. La aplican los doctores Sánchez y Chantada.

-¿Qué es la hipertrofia prostática?

-Sánchez: La hipertrofia prostática, adenoma de próstata o hiperplasia benigna de próstata, que es de las tres maneras con que se conoce esta dolencia, es el aumento del tamaño de la próstata que ocurre en los varones a partir de cierta edad. Esto provoca que la próstata constriña la uretra a la salida de la vejiga y hace que el paciente tenga problemas para orinar: mayor frecuencia, incontinencia, pérdida de potencia en el chorro...

-¿Le ocurre a todos los varones?

-S: Sí, en mayor o menor medida, alrededor de los 50 años, todos los varones desarrollan el cuadro de la hiperplasia, aunque a algunos les causa más problemas que a otros. A medida que aumenta la edad también se incrementa la posibilidad de sufrir los síntomas. Hay que tener en cuenta hiperplasia es la segunda causa quirúrgica en los centros sanitarios españoles, después de las cataratas.

-¿Influyen los hábitos, la forma de vida u otros factores externos?

-S: Hoy en día no hay ninguna razón para pensar que la alimentación o determinados hábitos insanos como fumar o tomar alcohol hagan que un varón padezca en mayor medida la hipertrofia prostática.

-¿Cuáles son los tratamientos actuales?

-Chantada: Hay dos grupos. El primero de ellos es mediante fármacos. Se utiliza en pacientes con síntomas moderados, como una micción más frecuente de lo normal. Los fármacos pueden disminuir estos síntomas, pero habrá que tomarlos de por vida y tener en cuenta que no eliminará el problema. Si la dolencia es más grave, con dolor e infecciones, hay que recurrir a la cirugía. Cuando el tamaño de la parte inflamada de la próstata no es demasiado grande, se opera a través de la uretra. Si la próstata supera los 60 gramos de peso, hay que recurrir a la cirugía abierta abdominal. Con estos dos últimos procedimientos se consigue un alto nivel de eficacia, pero traen una serie de inconvenientes. Estas dos intervenciones producen sangrado. Normalmente, se controla, pero en un 30% de los casos es necesario realizar una transfusión al paciente. Además, obligan al paciente a permanecer en el hospital entre tres y cinco días.

S: También provoca, en muchos casos, pérdida de potencia sexual. Las intervenciones quirúrgicas son agresivas y afectan a toda la zona, no sólo al adenoma, por lo que se pueden dar casos de disfunción eréctil tras la operación.

-¿Cuándo y por qué se empezó a utilizar la técnica del láser verde?

-S: Se intentó buscar una energía más limpia, que provoque menos problemas que la energía eléctrica, que es la que se utiliza habitualmente por vía uretral. Las características físicas del láser verde evitan que se dañe más tejido del que sea necesario eliminar. La técnica del láser no es novedosa, pero el láser convencional causaba más problemas que las demás intervenciones quirúrgicas. Se dejó de utilizar hasta que apareció este láser verde. Se empezó a emplear hace seis años en la clínica Mayo de Rochester, en los Estados Unidos, pero hoy en día está bastante extendido. En el sistema de salud inglés, por ejemplo, se estudia equipar los hospitales con esta tecnología.

-¿Cómo es una intervención con láser verde?

-C: Cuando llega un paciente con los síntomas típicos de la hiperplasia prostática, como obstrucción, pérdida de potencia de chorro o dificultad en la contención de la orina se le hacen otros estudios para dictaminar que se trata sólo de hipertrofia y no de algo más grave, como cáncer de próstata.

S: La intervención necesita una anestesia de medio cuerpo, por lo que se precisa una analítica general de preoperatorio. Una vez el paciente está anestesiado, se le introduce por la uretra un citoscopio, una cámara que permite ver la próstata por dentro. Por ese mismo citoscopio se introduce la fibra por la que va el láser. A partir de ahí se elimina mediante vaporización el tejido inflamado. Una vez que se elimina la parte de la próstata que impedía orinar al paciente con normalidad, se le coloca una sonda vesical con la que tiene que permanecer de cuatro a ocho horas. A continuación se puede marchar a casa. En total, el paciente debe pasar unas diez horas ingresado.

-¿Y una vez que el paciente llega a casa?

-S: Es evidente que en las primeras 24 o 48 horas va a notar un cierto malestar, pero puede hacer una vida totalmente normal. Pasados unos días debe venir al hospital para que comprobemos que todo va bien. A partir de aquí, debe hacer una revisión anual, como cualquier varón de esa edad.

-¿Es muy caro dotar a un hospital con esta tecnología? ¿Cuánto le cuesta al paciente?

-C: Sí, es una equipación muy costosa. Hay que tener en cuenta que, más allá del precio de la máquina, cada paciente utiliza por lo menos una fibra por la circula el láser, que cuesta alrededor de 1.000 euros. De todas maneras hay que decir que a la larga no es cara, aunque la intervención sí cuesta más, compensa por los menores gastos posteriores, como hospitalización, medicamentos y sangre.

S: El coste para el paciente es de 5.300 euros, aunque los que se han sometido a la operación están muy satisfechos.

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