Novela policiaca, historia sentimental y crónica social se unen con agilidad y una dosis de ironía en "Y punto." (Alfaguara), la primera novela de la ferrolana Mercedes Castro. La obra, que presentó ayer en Santiago, relata la historia de la policía Clara Deza, con todos los problemas que supone para una mujer hacerse un hueco en una profesión eminentemente masculina.

- Se estrena en la novela a lo grande, con una obra de más de seiscientas páginas...

- Quería plasmar tantos planos que era imposible hacer una novela más corta; me interesaba mostrar la vida de la protagonista como policía, con toda una trama por resolver, pero también quería enseñar que esa mujer tiene una vida familiar con sus conflictos y, por último, aprovechar la profesión de la protagonista para contrastar cómo se enfrentan las distintas clases sociales a los problemas. A pesar del peso, creo que la novela se lee rápido y no le faltan momentos de humor y también de emoción.

- Madrid se convierte en otra protagonista del libro.

-Necesitaba centrar la historia en una ciudad grande, en la que contrastan las barriadas de chabolas con los barrios de lujo. Cuando empecé a vivir en Madrid, hace unos años, me chocó la hostilidad y las prisas que se viven allí, en comparación con una ciudad de Galicia, aunque la gente es más espontánea.

- Ha coincidido con Icíar Bollaín y sus "Mataharis" en el objetivo de mostrar a la mujer en un entorno esencialmente masculino.

- La verdad es que sí. La idea de la novela la tenía desde hace nueve años, pero la fui retrasando por muchas cosas. Las mujeres siempre van corriendo. Trabajan y tienen que ocuparse también de los niños, la compra... les acompaña a menudo un sentimiento de culpabilidad por no dedicar el suficiente tiempo al trabajo o a la familia.

- La protagonista se topa con muchas situaciones machistas. El mundo editorial, donde ha trabajado durante años, ¿repite este estereotipo?

-No tan marcado como en el caso de la policía, pero yo también me he encontrado con que me llamaban chata y chavalita y los sueldos y promociones son muy diferentes para nosotras. El mundo editorial es esencialmente femenino, pero los puestos directivos siguen ocupados por hombres. He aprovechado el libro para plasmar pequeñas venganzas personales, guiños de cosas que me pasaron.

- Ha cultivado desde la poesía a cuentos infantiles y relatos. ¿Eran pasos necesarios para llegar a la novela?

- Excepto los relatos cortos, que sí fueron ejercicios de estilo, el resto de trabajos son proyectos independientes y nunca he considerado los cuentos infantiles un género menor.