Fiel a sus códigos cinematográficos, Gracia Querejeta se sirve de recuerdos de infancia y del tándem formado por Maribel Verdú y Blanca Portillo para retratar a "dos mujeres opuestas condenadas a entenderse" en "Siete mesas (de billar francés)", que opta a la Concha de Oro del Festival de San Sebastián.

Así explica la directora la unión de ambas mujeres, decididas a superar las heridas del pasado y protagonistas de este drama que se proyectará ante el público por vez primera en septiembre en el certamen cinematográfico vasco antes de llegar a las salas el próximo 5 de octubre.

El destino impone un nuevo comienzo a Ángela -Maribel Verdú- cuando debe trasladarse a Madrid con su hijo tras la muerte de su padre y la inesperada desaparición de su marido, momento en el que se reencuentra con personas procedentes de una vida anterior que ya le resulta lejana.

Entre ellas, la pareja de su padre (Blanca Portillo) y que, "obligada por las circunstancias", se convierte en su aliada a la hora de recuperar su antigua vida al frente de un decrépito negocio heredado, un salón de billar con el que Querejeta logra "un ambiente de los que ya no quedan".