Con más de veinte años de trayectoria y más de 2.500 representaciones, Sara Baras ha recorrido los más prestigiosos teatros del mundo, y no precisa presentaciones para llenar hasta la bandera el Auditorio Mar De Vigo.
Baras presentó ayer en nuestra ciudad su nuevo espectáculo "Voces", de la mano de la productora gallega Cávea producciones. "Voces" es un show de baile y arte jondo cuya dirección escénica y coreografía firma la propia Sara Baras. La nota de prensa explica que pretende con "Voces" rendir un sentido homenaje a artistas de la talla de Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Antonio Gades, Enrique Morente, Moraíto y Carmen Amaya, "que tanta influencia han tenido sobre ella". Palabras mayores de la historia del flamenco: en esos nombres tiene Sara Baras su omega, su leyenda, su fuente y caudal.
Una cadena de la que ella, bailaora de raza, es una parte ya importante. "Sentimos la necesidad de mostrar nuestra voz a través del baile, del cante y del toque con un profundo respeto y una total admiración llena de agradecimiento"
El flamenco es un arte de tradición, pero también de vida. Lo demuestra el llenazo ya mencionado, la diversidad del público, en edad y, aparentemente, en universos culturales (de jóvenes "hipsters" a provectos melómanos de música clásica, de todo acudió a gozar de la artista). Y "Voces" transmite vida y pasión. Celebración antes que duelo, esplendor. Alegría de vida y respeto por los mayores que nos han dejado. Pero que lo han hecho, irse, dejando su importante herencia, su arte, que Sara Baras rescata en "Voces". Baras luce como la gran dama de las tablas, con una técnica asombrosa y si bien mermado el fuego lozano, no se pierde la intensidad, que al final es el sostén de todo arte y más del baile flamenco. Así relumbra y asombra sobre un escenario, y triunfa. Pero sobre todo Baras quiere hoy representar a la artista multidisciplinar: bailar, pero también dirigir, coreografiar, crear escenografías y dramaturgias (con la colaboración de José Serrano).
El montaje es sencillo. Un entrelazado de imágenes y voces de los inspiradores (con textos recitados que quizá hasta sobran) que se engarza con los actores sobre el escenario: Sara Baras, José Serrano o el cuerpo de bailarines, bailan al son de estos "fantasmas" que en ellos, delante nuestro, revivieron y demuestran que el arte es, efectivamente, eterno.
