Andrea, la niña de 12 años con una enfermedad neurodegenerativa irreversible para la que sus padres pedían una muerte digna, falleció ayer en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) donde estaba ingresada desde el pasado 9 de junio. Por la tarde, el juez de Primera Instancia número 6 de Santiago decretaba el archivo de la causa sobre la muerte de la niña en un auto en el que elogia "la extraordinaria entereza" de los padres de la niña y agradece la "profesionalidad" de los médicos.

Los padres de Andrea, Estela Ordóñez y Antonio Lago, llegaron a los tribunales para pedir al equipo médico del CHUS que retirara la alimentación artificial que la mantenía con vida. Cuatro días después de que un juez autorizara esta medida, Andrea fallecía.

Los padres de la pequeña manifestaron ayer, en un comunicado, que su hija "se ha ido en paz y con tranquilidad, sin sufrir" y "como ella misma hubiese querido". "Su recuerdo vivirá para siempre en nuestros corazones", han expresado los padres de la pequeña, que la despedirán hoy en Noia "en familia y en la más estrecha intimidad".

"Para nosotros Andrea, tal y como la conocíamos, comenzó a írsenos cuando ingresamos de urgencia el 9 de junio, fecha de la que ahora se cumplen cuatro meses, pero su recuerdo vivirá para siempre en nuestros corazones", añade el comunicado, remitido a los medios por el abogado de la familia, Sergio Campos.

Antonio Lago y Estela Ordóñez agradecieron también el "apoyo de quienes en estos días tan difíciles" han estado a su lado: "Sin vuestra ayuda, este final hubiera sido, sin duda, aún más duro". Su agradecimiento lo han hecho extensivo a los medios de comunicación, al juzgado, fiscalía, Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), y al personal del CHUS. "A todos vosotros, en estos momentos de intenso dolor, nuestra más sincera gratitud", apuntan. "Agradeceríamos de antemano el respeto a nuestro duelo y que permitáis que este último adiós podamos realizarlo en la más estricta intimidad, en compañía de nuestros allegados y seres queridos", piden los padres.

Entierro en Noia

El cuerpo de Andrea permanece en el depósito del CHUS, desde donde previsiblemente hoy será trasladado a su localidad natal, Noia (A Coruña), donde será despedida en la "más estricta intimidad" por deseo de la familia.

El Juzgado de Primera Instancia Número 6 de Santiago decretó el archivo de la causa sobre la situación de Andrea. "El lamentable fallecimiento de la menor acaecido en el día de hoy (por ayer) determina obviamente el archivo de este proceso", afirma en el auto el juez Roberto Soto. El magistrado considera además que "procede agradecer la profesionalidad y absoluta colaboración" del actual pediatra responsable de la menor y del jefe del Servicio de Pediatría del CHUS, "demostrada en la última semana".

En un auto de 24 páginas que recoge los diferentes informes emitidos por el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), del Comité de Ética Asistencial el historial clínico de Andrea, destaca la "extraordinaria entereza" de sus padres.

El pasado viernes día 2, tras haber recurrido los padres a la vía judicial para reivindicar una muerte digna para su hija, el CHUS accedió a retirar la alimentación de la menor mediante la gastrotomía que se le había hecho hacía unos meses y proceder a una sedación.

"Desde el viernes 2 de octubre la situación clínica de la paciente se ha deteriorado con la aparición de fiebre y vómitos repetidos que no presentaba antes", fue lo que comunicó el hospital cuando los padres estaban en el juzgado reunidos con el magistrado por esta causa. Por ello, según expone el juez en el auto de archivo, se decidió "plantear a los padres el cambio de la fórmula de nutrición enteral al aporte de suero de hidratación a través de la sonda de la gastrotomía para evitar la eventual sensación de sed e incremento según necesidad de la analgosedación que estaba recibiendo".

Informe del Imelga

Sobre las discrepancias surgidas entre el equipo médico del CHUS y los padres que reivindicaban una muerte digna para su hija por considerar que se trataba de una patología irreversible y terminal, el juez expone el auto que las conclusiones del Imelga al respecto "son claras".

Al respecto, el Imelga puso de manifiesto que "cualquier tipo de tratamiento no tendrá un fin curativo ni modificará la historia natural" de la enfermedad que padecía, por lo que consideraba que su estado "irá deteriorándose progresivamente debido a su enfermedad, sin que ninguna herramienta terapéutica pueda varias este fatídico curso, tal como queda demostrado en el empeoramiento sufrido por la paciente en los últimos días".

Con todo, el Imelga sostenía, como reivindicaban los padres alegando la ley gallega, que "desde un punto de vista médico forense" consideraba que Andrea estaba "en una situación de estado terminal". Sobre la normativa, el juez precisa que "al no introducir criterios temporales determinados al definir a la persona enferma terminal opta claramente por términos abiertos que permite ponderar científicamente y adaptar este concepto a cada caso concreto".

En este sentido concluía que las medidas de soporte vital que estaba recibiendo "conducen a una prolongación del estado terminal" en que se encontraba. "A nuestro entender, mantiene la vida de la misma de una forma penosa, gravosa y artificial", puntualiza.