En la madrugada de ayer lunes se pudo observar cómo la luna llena se oscureció al introducirse totalmente en la sombra terrestre. El fenómeno reunió de madrugada a aficionados a la astronomía en los montes cercanos a Vigo, desde donde mejor se apreció, a simple vista, el eclipse pese a la densa niebla que cubría una parte de la ría.

Hubo además la coincidencia del eclipse con la Superluna, que se presentó un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más brillante debido a su proximidad con la Tierra. A pesar del eclipse, el satélite no deja de verse, pues adquiere un oscuro tono rojizo debido a que los rayos solares refractados por la atmósfera terrestre bañan su superficie con este tono.

La órbita de la Luna alrededor del Sol es elíptica y por ello presenta un punto de máximo acercamiento a nuestro planeta que se llama perigeo, y ese día 28 la Luna se encontró muy próxima a él, viéndose más grande que en las otras lunas llenas que ocurren en diferentes puntos de su órbita. A este fenómeno se llama popularmente Superluna, ya que su tamaño en el cielo es perceptiblemente mayor.

La NASA ha explicado que el color rojizo que tomó la Luna en la madrugada de este lunes, durante el eclipse, se debe a que la atmósfera de la Tierra se extiende más allá del planeta, y la luz del Sol pasa a través de ella, hasta llegar a la luna.

"Durante un eclipse total de Luna, la luz solar blanca que golpea la atmósfera en los lados de la Tierra se absorbe y luego se irradia hacia fuera, dispersada. La luz de color azul es la más afectada. Es decir, la atmósfera dispersa la mayor parte de la luz de color azul. Lo que sobra es la luz naranja y de color rojo."

La luz pasa a través de la atmósfera de la Tierra y luego cae sobre la Luna. La NASA señala que la luz roja vista durante un eclipse lunar es mucho más débil que la luz de una luna típica. Eso ocurre porque la luz roja se refleja de vuelta a la Tierra, y es mucho más débil que la luz blanca del Sol que suele brillar sobre la superficie de la luna.

La luna cambia entre diferentes tonos de rojo, naranja o dorado con cada eclipse. Esto se debe a que la sombra de la luz que llega a la luna depende de lo que hay en la atmósfera de la Tierra (la cantidad de agua y partículas), así como la temperatura y humedad.

Por ejemplo, una erupción volcánica reciente podría enviar más partículas a la atmósfera, oscureciendo aún más la luna durante un eclipse.

Los observadores del cielo pudieron contemplar un eclipse total de Superluna llena en Europa, África y América en la noche del 27 al 28 de septiembre. La acción comenzó a las 04.07 horas (hora peninsular) cuando el borde de la Luna penetró el núcleo de color ámbar de la sombra de la Tierra.

Durante las siguientes 3 horas y 18 minutos, la sombra de la Tierra se movió a través del disco lunar. La totalidad comenzó a las 05.11, con la Luna completamente envuelta por la sombra de la Tierra durante 1 hora y 12 minutos.

Era la primera vez que se producía un eclipse así desde 1982 y no se podrá observar ninguno igual hasta 2033, debido a sus especiales características.

La luna llena fue más grande y brillante de lo habitual debido a que estaba en el perigeo de la Tierra. El eclipse coincidió con la 'luna de la cosecha', cuya luz aprovechan los campesinos para seguir trabajando tras la puesta de sol. Y además, la luna llena eclipsada tuvo un característico tono rojizo 'de sangre'.