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Nueva entrega del marinero más indolente

Corto Maltés reaparece tirando un trineo en el Gran Norte visto por dos españoles

El guionista Juan Díaz Canales ("Blacksad") y el dibujante Rubén Pellejero ("Dieter Lumpen") firman la nueva aventura del personaje de Hugo Pratt, que se publicará en octubre

Primera página del nuevo álbum, dibujada por Rubén Pellejero.

Corto Maltés está en el Gran Norte. Conduce un trineo tirado por una decena de perros en el que tumba su malhumor Rasputín: "Odio los perros, odio el frío y te odio a ti, Corto Maltés". Así comienza "Sous le soleil de minuit" (Bajo el sol de medianoche), la nueva aventura del marino indolente al que los líos salen al paso. En octubre estará en las librerías españolas. Aparece 20 años después de la muerte de su autor, Hugo Pratt, y 27 después de "Mú", la última aventura de su famoso personaje.

Los autores del nuevo álbum son dos españoles muy conocidos. En el guión, Juan Díaz Canales (Madrid, 1972) y en el dibujo Rubén Pellejero (Badalona, 1952). El primero es el guionista de "Blacksad", una serie negra de estilo realista protagonizada por animales antropomorfizados. El segundo, un muy buen dibujante que destacó con "Dieter Lumpen", un aventurero en la estela de Corto Maltés, lleno de encanto y exotismo. Tres editoriales de Francia, España e Italia se unen para este relanzamiento europeo.

"Relanzamiento" tiene este significado: en Francia, el país que acogió al marinero artísticamente nacido en Italia, la primera tirada será de 150.000 ejemplares. A su alrededor está puesta en marcha la reedición en color de todas las ventas de Corto Maltés en 12 álbumes. Las series de cómics, sin novedades, se enfrían. Aunque estén en el fondo de catálogo y en los anaqueles de las librerías y se vendan, por goteo, centenares de miles de ejemplares, un nuevo título excita las ventas.

El mercado francés de los cómics -el más poderoso de Europa- mantiene vivos a sus personajes principales. Hay "Pitufos" sin Peyo; "Spirou", de autor; "Blake y Mortimer", después de E. P. Jacobs; "Astérix", con permiso de Uderzo y de los herederos de Goscinny, y, tras décadas de resistencia, está anunciado un "Tintín" para 2052 a fin de evitar que el personaje pase a ser de dominio público al cumplirse los 70 años de la muerte de Hergé. Y usted que lo lea.

¿Tiene sentido que se continúe la serie de un personaje tan personal como "Corto Maltés"? Llevemos lo personal directamente a Hugo Pratt, un italiano nacido en Rímini en 1927, crecido en Etiopía, hecho dibujante en Venecia y emigrado a Buenos Aires, donde despegó su carrera, solo o en compañía del guionista Hector G. Oesterheld. Viajero y nómada, vivió en Londres y en París y se instaló los últimos doce años en Lausana (Suiza), donde murió de cáncer en 1995.

Pratt creó "Corto Maltés" con 40 años en Italia para una revista muy exclusiva que fracasó. Era un personaje dentro de una historieta de aventuras caribeñas titulada "La balada del Mar Salado". Desde el festival de cómic de Lucca, una reunión pionera del oficio en la que fue un pope, Pratt logró llevar a su personaje a Francia, al semanario juvenil "Pif", dependiente del Partido Comunista Francés, adaptado al formato que la revista concedía a sus series de aventuras. En episodios de unas veinte páginas en blanco y negro fue desarrollando un tiempo infrecuente en los cómics, los principios del siglo XX; un espacio cambiante, de Nueva Guinea alemana, Guayana francesa, Venezuela y Perú a Venecia e Irlanda; unos personajes singulares que se despiden y reencuentran y hablan con frases que parecen citas, y un fondo referencial nuevo, de relatos literarios, mitologías precristianas y fantasías llevadas, en ocasiones, a las patrañas esotéricas. "Corto Maltés" no fue la serie más popular de la revista juvenil "Pif": nunca pudo con el Adán rubio "Rahan", un racionalista en la Prehistoria para el que vivir era aprender.

La editorial Casterman recuperó a Corto, lo editó y lo retiene, ahora que el legado de Pratt está en manos de Cong, la gestora que lleva Patricia Zanotto, actual tenedora de los derechos, una delicada colorista con la que el artista -después de dos familias y, al menos, cuatro hijos- acabó sus días, impedido para los viajes y rodeado por sus miles de libros.

¿Qué se puede esperar de las nuevas aventuras de Corto Maltés? Por la parte del guión, un respetuoso homenaje. Juan Díaz Canales escribe sobre escritura, homenajea géneros, construye pastiches agradables de leer pero sin sorpresas y sensación de ya leído. Al menos eso preside "Blacksad", la serie en la que deslumbra el dibujo de Juanjo Guarnido. Díaz Canales le contó a Patrizia Zanotti un guión posible para Corto Maltés después de una cena en el festival de cómics de Lucca y a ella le sedujo la idea.

Por la parte del dibujo, se ve un seguimiento del Pratt de los setenta/ochenta, quizá con menos efectismos de pincel y, sería deseable, con menos limitaciones plásticas y narrativas. Hugo Pratt, un argumentista interesante, no fue un buen narrador en imágenes. El crítico asturiano Faustino Rodríguez Arbesú señaló sus fallos de ráccord de continuidad continuos y los divertidísimos Ventura y Nieto las parodiaron en una historieta corta titulada "Largo Cortés". Hay páginas de Pratt aburridísimas, con parlamentos enormes que salen de cabecitas inexpresivas. Sus personajes parecen de palo: apenas conocen la torsión, viven de perfil y son estáticos para la acción. A cambio, el efectismo del pincel consigue, en ocasiones, ilustraciones bellísimas, apoderadas por una poética crepuscular placentera.

Rubén Pellejero empezó en la ilustración y llegó al cómic en 1981 con un dibujo completo y claro. "Dieter Lumpen" deslumbró en la revista "Cairo" por su exotismo. Lo hizo con el argentino Jorge Zentner, con el que prosiguió su obra, mudando hacia un estilo más pictórico y hacia el mercado francés. Pellejero integrará mejor todos los elementos en la página. Pratt, por incapacidad, prisa o pereza dejaba los decorados a Lele Vianello y los vehículos, aviones y trenes a Guido Fuga mientras él disfrutaba con pincel grueso y atinado los mares calmos y las dunas del desierto. Y se notaban las seis manos.

En el entorno del tomo decimotercero de "Corto Maltés", ese Gran Norte enfebrecido por el oro, cabe esperar un encuentro con el espíritu de Jack London, uno de los autores favoritos de Hugo Pratt y uno de los personajes con los que se tropezó Corto Maltés en su vida. Díaz Canales y Pellejero ya trabajan en el siguiente tomo.

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