La aprobación por parte del papa Francisco de la reforma sobre la nulidad matrimonial pone fin a un procedimiento que cuenta con 300 años de antigüedad y que implica la introducción de una tramitación breve y gratuita para poder conseguirla. Esta renovación se fundamenta en la necesidad de recuperar a los fieles "que se alejan ante las estructuras jurídicas de la Iglesia a causa de las distancias física o moral", según indica el papa en sus documentos.
Ya no será necesaria una doble sentencia, sino una única para resolver la nulidad matrimonial eclesiástica. El obispo se convertirá en un juez de primera instancia para las causas y podrá ejercer esta potestad personalmente, o delegarla. Además, la tramitación será más ágil y breve, y a excepción de la "justa y digna retribución a los empleados de los tribunales", deberá garantizarse que sea gratuita.
Según comenta el abogado gallego Antón Nogueiro,del gabinete jurídico AREASLEGAL Abogados, "actualmente el proceso jurídico de nulidad matrimonial suele tener un coste que solo en tasas del Tribunal ronda los 800 euros, demorándose dos años, o más tiempo si se acude a tercera y última instancia para conseguir las sentencias conformes". De este modo, el letrado explica que "habrá que esperar y ver como se materializan las buenas intenciones del papa Francisco", aclarando que "estas reformas buscarían adaptar unas normas centenarias a la realidad actual; y es que ni siquiera el Derecho Canónico es indemne al paso del tiempo, por lo que con sentido común el papa busca la renovación práctica. Una vez reconocido el mérito del nuevo papa, hay que decir que la nulidad canónica dista mucho de ser un divorcio civil".
Hace casi un año, poco después de la celebración del Sínodo extraordinario sobre la Familia, Francisco criticó con dureza el sistema de nulidad matrimonial que aplica la Iglesia, por largo, pesado, caro y, en algunas ocasiones, corrupto. "¡Cuánta gente espera durante años una sentencia, que le digan 'sí, es verdad, tu matrimonio es nulo', o 'no, tu matrimonio es válido', pero que sea una palabra justa. Algunos procedimientos son tan largos o tan pesados que no favorecen y la gente abandona", clamaba Jorge Mario Bergoglio.
En relación al debate, el fundador y vicepresidente de la "Asociación Galega de Pais e Nais Separados", Antonio Díaz, destaca la decisión como "muy favorable, pero no entra en el fondo de la cuestión y llega tarde". Díaz explica que "antes la Iglesia era muy restrictiva con las causas", denunciando que "la nulidad siempre se otorgaba de forma escandalosa tan solo a personas con capacidad o influencia para acceder a ellas".
"El papa", añade, "es un ejemplo y valoramos su reforma, pero no puede hacer todo lo que quisiera. Que tomen también ejemplo los políticos para abaratar y simplificar todos los trámites de divorcio".
En los documentos queda claro "el principio de que el matrimonio católico es indisoluble", pero "la caridad y la misericordia exigen que la misma Iglesia como madre se haga cercana a los hijos que se sienten separados", indica el Papa Francisco. En relación a ello, el juez eclesiástico de la diócesis de Tui-Vigo, Juan Carlos Sendón, explica que la reforma es el fruto de "asuntos que los expertos pedían desde hace muchos años". En este sentido, resalta: "La Iglesia está preocupada por los matrimonios y las familias, porque vamos por el mal camino, por lo que con esta reforma facilita que los fieles puedan volver".
Estas normas no serán retroactivas, por lo que solo podrán evitar la necesidad de la doble sentencia aquellos casos que tienen previsto ser juzgados después del 8 de diciembre.
