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"Es esencial controlar mejor a los niños en el patio, las excursiones y las extraescolares"

El doctor Luis Echeverría asegura que las alergias alimentarias están aumentando en los últimos años, afectando ya a entre un 7 y un 10% de la población, y que van apareciendo alergias a nuevos alimentos. "Uno se hace alérgico a lo que come así que cuando vamos introduciendo nuevos alimentos en nuestra dieta van apareciendo las alergias; así, por ejemplo han aparecido últimamente alergias a los anacardos y a pescados como la panga, que antes apenas se consumían", explica.

El médico advierte de lo importante que es que los colegios tengan un control sobre los niños alérgicos mucho más amplio del que existe en estos momentos. "Aunque los niños diagnosticados saben qué pueden comer y qué no y cuáles son los síntomas de una reacción, siempre puede ocurrir un accidente. Hay que tener especial cuidado no solo en los comedores, sino también en los patios, en las actividades extraescolares, en los cumpleaños, las excursiones...", recuerda el especialista, que coordina el grupo de trabajo de Alergia Alimentaria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica.

Echeverría alaba el programa activo en Galicia Alerta Escolar. "Es un programa por una parte preventivo, porque tiene bien identificados a los niños alérgicos, lo que facilita su control, y, por otra parte, forma a los profesores y al personal de los comedores para que sean capaces de saber cuándo un niño tiene una reacción alérgica grave -que afecta a las vías respiratorias- y cómo deben de actuar, que es administrándoles una autoinyección de adrenalina, que es algo bastante sencillo y puede evitar muertes", destaca, al tiempo que advierte que "la causa más repetida en las muertes por anafilaxia es el retraso en la administración de la adrenalina".

El experto asegura que no se sabe exactamente las razones que hacen que se produzca un shock anafiláctico. Las causas más frecuentes son alimentos, fármacos y picaduras de himenópteros (abejas y avispas) y, aunque se estima que puede afectar a una de cada 300 personas en algún momento de su vida, hay estudios que demuestran que su prevalencia ha aumentado hasta un 50% en los últimos años. "Las muertes producidas por este shock son claramente prevenibles y por eso es tan importante mejorar el control", concluye.

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