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Campaña entre A Guarda y Ribadeo

Galicia, el último "reducto" de la marsopa

Galicia acoge el primer muestreo en España de esta especie de cetáceo amenazada para evaluar su conservación

El ejemplar también recibe el nombre de "toniña"

Las costas de Galicia y, en especial, las de las Rías Baixas y el norte de Portugal son las pocas zonas en España en las que aún nadan las marsopas, extinguidas del Mediterráneo desde los años 70. Son las 'primas pequeñas' de ballenas y delfines; menores en tamaño y más robustas pero que en muchos lugares del mundo sufren la seria amenaza de desaparecer.

La "toniña" ( Phocoena phocoena) o marsopa, en castellano, es la especie de cetáceo más pequeña de todo el Hemisferio Norte y también la más amenazada, aunque sus aletas aún pueden verse al navegar no muy lejos del litoral gallego. No se acercan a las rías, aseguran los expertos, porque a veces son atacadas por los delfines.

Un estudio por mar y aire determinará este mes cuántas son y cómo están las marsopas que nadan en Galicia. En solo unos días la CEMMA, acrónimo de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños -una ONG gallega- zarpará con la primera campaña de muestreo que se realiza sobre este tipo de cetáceos en España, tras lograr financiación. El "Proyecto Phocoeval" cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad, a través de una ayuda de 33.000 euros.

El ambicioso proyecto servirá para determinar la población de "toniña" o marsopa en nuestras costas y su estado de conservación. Desde hace años, CEMMA valora que la categoría de la marsopa sea revisada, para elevar su protección a "especie en peligro de extinción".

Los organizadores contemplan dos tipos de campaña. Habrá un recorrido marítimo a bordo de un velero de 15 metros de eslora, que recorrerá toda la costa gallega, desde A Guarda hasta Ribadeo, navegando desde la línea de costa incluso a 25 millas. Esta campaña se realizará durante septiembre y tendrá una duración total de 18 días, aunque probablemente se vaya a puerto cada tres días.

Además, el proyecto incluye una campaña aérea. El muestreo se hará desde un avión que recorrerá toda la costa gallega. Se realizará durante el mes de septiembre en un sólo día de vuelo, según avanza el responsable de la campaña Jose Antonio Martínez Cedeira, también presidente de CEMMA.

La tripulación del barco estará compuesta por ocho personas: dos patrones, encargados de la navegación y de la seguridad a bordo, el equipo técnico integrado por tres biólogos -con experiencia en muestreo de cetáceos y campañas marítimas oceánicas-, que serán los encargados de dirigir y coordinar a un equipo de voluntarios. El muestreo se llevará a cabo con buenas condiciones del estado del mar, por eso las fechas aún no son fijas y se realizará mediante observación de la superficie, a simple vista y con prismáticos, pero también mediante acústica realizando escuchas y grabaciones con un hidrófono de arrastre.

Las fechas de las campañas dependen de la climatología, aunque las inicialmente previstas serán entre hoy y el 10 de septiembre para el muestreo aéreo y la del barco entre los días 10 y 18 de septiembre.

Los resultados de ambas campañas tratarán de aportar información sobre la presencia de la especie en Galicia y, sobre todo, de establecer un valor de densidad y abundancia con el que justificar el cambio de categoría de protección. "Las estimaciones de los últimos años son muy desalentadoras y posiblemente la población gallega no supere los 300 ejemplares, nutriéndose de la población que vive habitualmente entre las costas galaico portuguesas", explican desde la ong. El aislamiento de esta población, que la hace peculiar, también es motivo de preocupación pues limita su expansión y diversidad genética.

Además, durante el muestreo recogerán información adicional de todos los avistamientos de cetáceos. La zona de estudio es bien conocida por la presencia de numerosas especies de mamíferos marinos como el arroaz, delfín común, calderón común, ballena alibranca y ballena común.

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José Antonio Martínez Cedeira | Responsable de la campaña

"Nos valdremos de un hidrófono de arrastre para detectar las sumergidas y de una avioneta"

"El último reducto de la marsopa es el norte de Portugal y Galicia. Pero sobre todo, las Rías Baixas", explica el jefe de campaña "Phocoeval". De hecho, el nombre completo del proyecto es "Evaluación y determinación de la categoría de conservación de la marsopa en el Noroeste de la Península Ibérica.

La razón de que no haya casi registros de marsopas en España es, según el experto, que "es una especie difícil de observar, en parte por su comportamiento, porque nadan en grupos pequeños, son muy asustadizas y escapan de los barcos, pero también porque hay muy pocas".

"Es una especie muy afectada por la captura en artes de pesca: un 50% de los ejemplares que aparecen muertas en la playa", asegura. Por eso, consideraron que era un cetáceo prioritaria a la hora de analizar su población. "Probablemente los datos demuestren que es una especie en peligro de extinción, pero es como una evaluación médica para certificarlo", explica.

En la campaña se valdrán "de un hidrófono de arrastre para ver los ejemplares que puedan estar sumergidos". También será la primera campaña específica en avioneta. Previamente, CEMMA hizo seguimiento de los varamientos de marsopas, recogida de datos abordo de barcos de pesca y a través de 52 puntos de observación costera, que confirmaban que estaban más presentes en las Rías Baixas.

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