Había sido un día algo lluvioso y frío, extraño para ser verano. "Parece que hay ganas de concierto en Vigo y eso que sólo es la prueba de sonido", publicaban en Facebook Los Secretos, junto a un vídeo en el que se veía la Porta do Sol abarrotada y que en menos de media hora ya tenía más de mil visitas. El casco vello latía en los instantes previos al concierto. El escenario permanecía caldeado después de la descarga de rock and roll de Alejo Stivel en la noche anterior. A lo lejos, los amplificadores comenzaron a palpitar y las guitarras y los graves retumbaban: era la llamada del pop-rock de Los Secretos. Poco a poco, la Porta do Sol se fue llenando.

Un público heterogéneo esperaba en el núcleo de Vigo a Álvaro Urquijo (voz y guitarra), Ramón Arroyo (guitarra), Jesús Redondo (teclados), Juanjo Ramos (bajo) y Santi Fernández (batería). Ellos venían de La Granja de San Ildefonso, después de haber pasado por más de treinta localidades de toda España. Durante el último año viajaron en una gira extenuante como artistas en conciertos únicos y como integrantes en festivales.

Los primeros trabajos de Los Secretos empezaron a sonar en 1978. En plena "movida", ellos preferían encuadrarse en la nueva ola madrileña, un soplo fuertemente influenciado por el new wave británico. Después de haber pasado por numerosos cambios y por varios renacimientos, la banda lleva cerca de cuatro décadas publicando y defendiendo sus directos, revelándose como algo más que un gran grupo de los ochenta y abriéndose paso en la escena pop actual.

En el concierto de ayer, la dulce y masculina voz de Álvaro Urquijo se vio eclipsada en muchos momentos por los aullidos del ejército de fans que en las primeras filas entonaba sus éxitos. "Ojos de gata", "Por el bulevar de los sueños rotos", "Déjame", "Pero a tu lado" o "Y no amanece" incendiaron la Porta do Sol. También "Buena Chica", "La Calle del Olvido', "Cambio de Planes'" o "Te he echado de menos hoy". En algunos instantes, los propios seguidores cantaban la canción al ritmo de la línea de batería, animados por el vocalista, Álvaro. El conjunto intercaló estos éxitos con canciones de su último disco "Algo Prestado", en el que se perciben trazos country y blues, propios quizá de una madurez discográfica que viaja al rock y se aleja ligeramente del pop.

El grupo demostró una noche más la razón de que lleve casi cuarenta años enfervoreciendo plazas.