Una decena de personas con máscaras blancas y rodeadas de zapatos rojos de todos los tamaños denunciaron el "silencio" de aquellas mujeres y niños víctimas de la violencia de género ayer en Santiago de Compostela, después de que la asociación gallega Ve-la luz se reuniese con representantes políticos en el Parlamento de Galicia.

En fila, las manifestantes guardaron su anonimato tras antifaces para indicar que "cada día, en el silencio de los hogares, se siguen cometiendo abusos a las mujeres porque no se denuncian ni se saben por miedo", según leyó una mujer frente a la Cámara autonómica.

"Mujeres somos, mujeres seremos, pero en la casa no nos quedaremos" fue el lema con el que alzaron la voz dos de las integrantes de la asociación, que se hizo eco de una campaña internacional que visibiliza la causa a través de zapatos rojos.

Según explicó la presidenta de Ve-la luz, Gloria Vázquez Juraria, la pretensión fue diferenciar la campaña de las del resto del territorio español al colocar zapatos de menores, para denunciar que "ellos también son víctimas de la violencia de género".

"Tengo 41 años y sufrí abusos sexuales durante mi infancia. Veinte años después, la pesadilla se repite de nuevo con mi hija, por parte de mi anterior marido", relató una mujer, que censuró que "el escudo de los maltratadores es el silencio de la sociedad".

Al respecto, Vázquez Juraria puede asegurar que "aunque tengan muchos motivos para ser drogadictas, un índice pequeño cumple ese perfil".