Se considera músico, "músico clásico", si bien mucha gente lo vincula con la gaita, porque fue su primer instrumento, con el que ganó muchísimos premios, como el Constantino Bellón. En su currículo constan 40 premios musicales, 25 de ellos fueron por interpretaciones como gaiteiro. "Sí, con la gaita tuve una relación muy próxima, porque fue el primer instrumento con el que tuve contacto de niño, en la asociación de Castro Caldelas. De hecho, como se me da bien, fui mucho más allá con el instrumento de lo que en principio pensaba. No obstante, mi pensamiento está en la música clásica, en concreto, en la Dirección de Orquesta, es lo que más me apasiona", explica Devigo.
Tocó durante un tiempo clarinete, también violín y se especializó en Oviedo, con el Grado Profesional de Piano, el Grado Superior de Música en Composición y también en Dirección, que cursó simultáneamente en Asturias desde los 18 a los 25 años.
Terminado este periodo de estudios en España, hace ya un tiempo que Devigo pensaba en trasladarse a Estados Unidos para seguir formándose en Dirección de Orquesta. La ayuda Fulbright, para dos años, se eleva a 60.000 euros. En Dirección de Orquesta se concentra todo lo que Pablo quiere musicalmente, combinar la composición y los distintos aspectos sonoros de los instrumentos, "conociendo a nivel interpretativo un poquito de cada uno para tener una aproximación general".
Devigo asegura que su forma de entender la vida es sonora. "La música es algo innato, de hecho no podría ser otra cosa que músico. No tengo ningún familiar músico pero yo sí lo soy. Hay gente que tiene una memoria más visual, otra táctil o incluso olfativa. Mi memoria es totalmente sonora", cuenta Devigo.
