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Héctor Cajaraville: "No escribes por los premios, solo porque tienes una idea y necesitas desarrollarla"

"El Xerais cambia mucho las cosas porque una posibilidad que no existía, que era la de dedicarme a escribir, ahora ya no es tan imposible"

Su trabajo como corrector de textos despertó el gusanillo de Héctor Cajaraville (Santiago, 1975) por escribir, una faceta que siempre había acariciado pero que nunca se atrevió a acometer y que ahora, tras ganar el Premio Xerais de Novela y colocarse entre los finalistas del Merlín con sus dos primeras obras, ve "como casi obligado" continuar. "Tengo 40 años, nunca antes había escrito. Presenté las novelas para saber si merecían la pena. Me parecía algo imposible ganar y aquí estoy, en lo más alto del precipicio", afirmaba ayer Cajaraville, licenciado en Periodismo por la USC, donde también cursó estudios de postgrado de Edición y Lingüística Gallega.

-Es un periodista, que es el tipo de persona que tenía más a mano, como verá no me he complicado mucho la vida. Tiene treinta y tantos años y una enfermedad terminal, que al final muere. Esto se sabe desde el principio porque el libro es un libro póstumo de sus artículos que publica el director de su periódico. No es una novela convencional con una narración lineal, sino pequeños fragmentos de texto, desde los artículos que él escribe hasta fragmentos de su diario personal, de su correo electrónico que manda a gente de su entorno y que recibe, que se van intercalando y que entre todos van componiendo la vida y la manera de ser de este Bieito, que por un lado tiene esa vertiente pública que muestra en sus artículos y luego otra más íntima, que es la que reserva para su diario.

-¿La idea siempre fue contar la historia de este Bieito Sanmarful de una forma no convencional?

-No. Lo cierto es que fue una modificación sobre la marcha. Tenía veinte textos, los veinte artículos que él escribe y que se van intercalando en la novela, y necesitaba darles cuerpo. Tomando como punto de partida esos veinte artículos construí todo lo demás, la esfera privada de Bieito en relación siempre con estos veinte artículos, a los que les fui añadiendo anotaciones personales, correos, transcripciones de entrevistas, poesía... toda su herencia en forma de palabra en muy diferentes formatos.

-¿Y esos veinte textos los escribió con la intención de hacer una novela?

-No. Casi sería como una especie de colección de relatos porque tampoco son artículos de prensa, sino cuentos, historias de humor -el humor tiene un peso muy importante-... siempre con la perspectiva de jugar con la palabra y buscarle la forma lúdica a la palabra.

-Es licenciado en Periodismo, pero actualmente trabaja como corrector de originales en el mundo editorial, lo que le permite un contacto directo con la literatura...

-Es cierto. Si en algún momento decidí escribir fue por esa experiencia. En los últimos años yo habré leído 50 o 60 libros cada año y esto te da una perspectiva privilegiada de lo que es la literatura gallega en este momento. Me fui empapando de esta literatura que leía con una actitud distinta, porque yo estoy buscando erratas, pero también estoy leyendo el libro, y disfrutando.

-¿Y merece la pena encerrarse a escribir si la mitad de la población no lee?

-¿La mitad? ¿Leerá la otra mitad? En gallego aún menos. Pero cuando estás escribiendo no estás pensando en eso ni en si puede ganar un premio o si se va a publicar siquiera. Escribes un libro porque en ese momento tienes una idea y necesitas desarrollarla. Y una vez que tienes el libro dices: "Hay concursos, ¿por qué no probar a ver si a alguien gusta?". No podía ni imaginar que pudiera ganar un premio como el Xerais de Novela.

-Y ahora, ¿qué?

-Tengo 40 años y esta es mi primera novela. Esto lo pensé como una cosa puntual; no como algo que diera un giro a mi trayectoria. Pero este premio cambia mucho las cosas porque una posibilidad que no existía, que era la de dedicarme a escribir, ahora ya no es tan imposible. Además, mi otra obra quedó finalista en el Merlín, lo que te da un subidón bestial.

-Tiene otras ideas que desea desarrollar entonces...

-Lo bueno que tiene empezar tan tarde, que vas acumulando muchas posibles ideas para desarrollar.

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