Tiene 23 años y está a punto de finalizar el curso de cocinero profesional. Desde hace un mes trabaja en la cocina de un estrella Michelin, Pepe Vieira, de quien Jacobo Rodríguez espera aprender todo lo que pueda para en un futuro ser el relevo de la cocina gallega. "Ahora aspiro a rodearme y aprender de los mejores y quién sabe, tal vez mañana dirija mi propia cocina y por qué no, sea yo uno de los mejores", asegura este joven ourensano, que añade que entre fogones, el aprendizaje es constante.
Karlos Arguiñano fue uno de los restauradores que despertaron la curiosidad de este joven ourensano por la cocina. "Con 16 años, cuando mis padres salían de casa, comencé a prepararme la comida y empecé a interesarme por los programas de cocina. El programa de Arguiñano me gustaba porque es una cocina fácil y sencilla. Yo también empecé haciendo platos sencillos y fui evolucionando", explica.
En Ourense ya estudió un curso de dirección de servicios de hostelería, aunque reconoce que lo suyo son los fogones. "En la cocina se trabaja contrarreloj y es un trabajo duro, pero lo más difícil es saber mandar, algo que estoy aprendiendo ahora y que espero saber transmitir en un futuro, si los tengo, a mis empleados".
Para este joven cocinero, dos son los principales requisitos de un buen plato: la calidad de los productos y la presentación. Por ello, el plato del concurso de televisión "Masterchef" "León se come a gamba" le parece un insulto a la cocina. "Aunque no deje de ser un concurso y tenga mucho de espectáculo, hubo mucha gente que se quedó fuera y a quien le hubiera gustado participar, solo por eso no debería haberlo hecho. Un concurso te da popularidad y puede ayudarte", comenta. Darse a conocer es, precisamente, lo más complicado, explica, eso y ganarse el reconocimiento. Y a ambas cosas aspira Jacobo.
