La física persigue entender el mundo desde una visión experimental, a través de ensayos como los que se realizan en el gran acelerador del CERN, y también gracias al trabajo de teóricos como en su día lo fue Einstein, más interesados en formular sobre el papel modelos capaces de explicar la realidad. Olalla Castro (O Incio, Lugo; 1975), de la City University London, pertenece a este segundo grupo y recurre al lenguaje matemático para concebir teorías que expliquen la interacción de la partículas elementales de la materia.

Acaba de cumplir una década en la capital británica, adonde llegó tras formarse en Santiago con varios premios extraordinarios gallegos y nacionales y respaldada por su experiencia postdoctoral en la Universidad Libre de Berlín y la Escuela Normal Superior de Lyon. Forma parte del departamento de Matemáticas, donde también trabaja el vigués Marcos Álvarez y, como directora de programa, es responsable de los procesos relacionados con esta asignatura en los diferentes grados donde se imparte.

Olalla, que colabora actualmente en sus estudios de física cuántica con su pareja, el físico Benjamin Doyon del King's College, reivindica la importancia de la investigación básica: "Hoy en día se financia cada vez más solo aquello que tiene un impacto económico o social inmediato. Pero también la física merece la pena. Primero, porque el ser humano siempre ha intentando comprender el mundo y, segundo, porque los descubrimientos acaban teniendo sus beneficios. Un ejemplo es la web, que se inventó en el CERN con otra intención y acabó teniendo un gran impacto en el mundo. Dejar de apoyar estos estudios supone una gran pérdida para la sociedad".

La medicina o la robótica también han evolucionado gracias a los logros alcanzados en el acelerador, que acaba de ser reiniciado tras un parón de dos años para funcionar al doble de potencia. Entender los experimentos que allí se realizan resulta complejo para el ciudadano de a pie, pero Olalla lucha contra los prejuicios que rodean a la Física y las Matemáticas.

"Está claro que requieren trabajo, pero no tienen por qué ser las asignaturas hueso. En Reino Unido está muy extendida la percepción social de que son muy difíciles, sobre todo en el caso de la Física con los ejemplos de Hawking y Einstein. Y es algo que incluso me molesta. Hay que desmitificarlas como algo inaccesible y que solo entienden los genios. Tienes que serlo para ganar el Premio Nobel, pero para el resto deberían ser como cualquier otra materia", defiende.

La física luguesa reconoce que figuras como la de Nash o Perelman alimentan el mito del matemático excéntrico y desequilibrado -"Es un estereotipo que tiene su parte de verdad porque se trata de un área que atrae a gente no muy sociable"-, pero también lamenta la pérdida de vocaciones. "Me da pena que esta mitificación impida que gente que podría ser buena no lo intente porque se presentan como algo imposible para alguien normal", reflexiona.

Ella acertó con su carrera "casi ciegamente" pues también le interesaban la literatura, la pintura o la historia. De hecho, de adolescente se presentó a concursos de escritura y hoy sigue siendo una lectora "compulsiva" que practica los diferentes idiomas que domina leyendo en versión original a Mann, Canetti o Dickens, del que se confiesa "fanática". "Siempre vuelvo a él porque sé que lo voy a pasar bien. Y también leo en gallego lo que me recomienda mi hermano, el escritor Paco Castro. En mi reciente viaje a Galicia me compré el último Premio Blanco Amor, de Fran Lorenzo", comenta.

Y es que en su vida las ciencias y las humanidades se complementan: "Tengo compañeros matemáticos que son muy brillantes y no les interesa la literatura, pero para mí es un placer imprescindible. Es enriquecedor como ser humano tener otros intereses y también me ayuda a desconectar de la tecnología. Es buena porque te relaciona con todo el mundo pero también disminuye tu concentración. Tengo estudiantes que están mirando el móvil mientras hablan conmigo en el despacho y no lo hacen para ofender, sino como un tic. Es un efecto muy negativo".