El doctor Escribano aboga por una "alimentación razonada", recordando que terminamos comiendo lo que metemos en el carro de la compra o, a veces, lo que nos ponen delante en el bufé de desayuno en los hoteles. "No hay que ir de compras, hay que ir a comprar, y con una lista -aconsejó-. Si vamos a comprar con hambre, todo nos va a parecer bueno. Los supermercados deberían estar cerrados hasta las tres", ironizó.

Avisó sobre las chucherías, que nos entran por los ojos por su colorido y que contienen "saborizantes que hipertrofian el sabor; te secuestran y el cuerpo te los pide". La publicidad también tiene su culpa, ya que -según la OCU- cada año 4.200 anuncios nos incitan a comer mal. "No hay anuncios de tomates, de brócoli ni de zanahorias", lamentó el endocrinólogo, pensando sobre todo en los niños como destinatarios de esa publicidad.

Sin rodeos, calificó el alcohol como "una maldición" que "causa el 6 por ciento de las muertes en el mundo. Y es verdad eso de que cuando bebes te haces más tonto, porque el alcohol mata las neuronas".

Cantidades diarias

Antonio Escribano, que calificó alimentos como las manzanas y el aceite de oliva como "joyas" indispensables de nuestra despensa, dio pautas sobre las cantidades recomendadas de cada tipo de alimentos: frutas, mínimo tres piezas al día; verduras, 2. Pescado, 5 veces por semana; carnes, 4; huevos, de 3 a 5 piezas por semana; frutos secos, un puñado al día; patatas, dos veces a la semana; pastas, una o dos veces a la semana, lo mismo que las legumbres.

Recordó también la necesidad de hidratarse con agua, sin abusar tampoco de ella.