Didac Lee ha fundado en su vida más de una veintena de empresas de las que continúa funcionando la mitad. Catalán, de padres chinos e ingeniero informático de formación, divide su tiempo entre su actividad empresarial, centrada ahora en ayudar a los nuevos emprendedores, y el Fútbol Club Barcelona, equipo del que es directivo y responsable del área de nuevas tecnologías. Lee es además consejero delegado de Inspirit y premio al mejor emprendedor tecnológico por la Universidad de Cambridge.

-¿Qué cualidades debe tener un buen emprendedor?

-No hay un patrón. Hay emprendedores de todo tipo: extrovertidos, introvertidos, altos, bajos... Pero lo que he observado es que suelen coincidir tres cualidades: suelen crear equipos muy buenos y comprometidos, tienen una capacidad de reconocer errores y corregirlos impresionante y están muy cerca del cliente.

-Y en España, ¿hay cantera?

-Sí y es fantástica. Solo hay que ver los proyectos que están saliendo adelante. Lo que pasa es que aquí tenemos aún una especie de complejo de inferioridad, por el que alguien que no haya nacido en Estados Unidos ya no puede salir adelante. Es un techo.

-¿Este es buen momento para emprender?

-El emprendedor es un animal cuyo hábitat natural es la crisis. Cuando empecé hace veinte años me costaba mucho encontrar financiación, pagar nóminas... Esta es una carrera en la que compites contra muchos otros y estar en crisis es una especie de constante.

-Ahora el problema de la financiación se ha agravado...

-Depende. A día de hoy para las empresas tecnológicas hay más financiación que proyectos. Por el precio que cuesta abrir un bar, potencialmente, puedes montar Google. Lo que pasa es que pocas veces se ve un proyecto que tenga un buen equipo, que tenga un producto que cubra necesidades y que tenga una validación comercial. Yo todos los productos que he visto que cumplan estos tres requisitos siempre han conseguido financiación. Gestiono una parte del programa de emprendimiento del Banco Sabadell y este año hicimos dos convocatorias para promover proyectos y nos llegaron unos ochocientos. Fue espectacular.

-Y de ellos, ¿cuántos tenían posibilidades de funcionar?

-Unos doscientos o trescientos. No pude analizarlos todos en profundidad, pero me dejaron bastante optimista.

-¿España tiene condiciones para tener un Silicon Valley (gran polo de dinamismo empresarial e innovación tecnológica de EEUU)?

-Totalmente. Si en algún sitio de Europa tiene posibilidades de albergar un Silicon Valley es nuestro país.

-¿Y eso?

-Silicon Valley al final es un lugar que tiene un buen clima y que atrae talento, y es mucho más agradable vivir aquí que en algún país nórdico. Por otro lado, se necesita una buena formación y en España hay tres de las diez mejores escuelas de negocios de Europa. No creo que haya otro país con esta ratio. Y en tercer lugar, lo fundamental son las empresas tractoras. En España las hay, pero falta que colaboren con los nuevos emprendedores.

-¿Por qué ese fallo?

-Es una cuestión de mentalidad. Cuando a una gran empresa le viene una start up que le ofrece algo su pensamiento es: 'Me lo hago todo yo solo'. Pero, al final, no le vas a echar tantas ganas como alguien al que le va la vida en ello.

-Hay quien alerta de que podemos estar caminando hacia una burbuja emprendedora...

-La gente tiene que dedicarse a lo que le dé la gana. Sea a emprender o a cantar flamenco. Ni está bien que hace diez años se demonizara la figura del emprendedor, ni está bien que ahora todo el mundo tenga que lanzarse a emprender. Otra cosa diferente es que está al alcance de todo el mundo tomar los valores emprendedores, que es aquel que convierte una idea en una realidad, que asume un riesgo, que es tenaz, que es positivo, que es persistente... Y esto vale para un emprendedor como para cualquiera.

-¿Qué similitudes hay entre una empresa y un equipo como el Barça?

-Todas, porque al final todo depende del equipo. El director general es como el entrenador.

-¿Cómo llega un emprendedor tecnológico a la directiva del club catalán?

-Cuando vi que no podía ser futbolista porque era muy malo, quise ser directivo del club. Ya desde pequeñito. Los directivos somos unos futbolistas frustrados. Era un sueño que he perseguido y un buen día entré en la candidatura de Rosell y le explique la posibilidad de trabajar la marca global que es el Barça.

-¿El fútbol actual es más un negocio que un deporte?

-Esto ya no solo son equipos de fútbol. Si miras la cuenta de resultados del Barça solo el 20% o el 30% son ingresos por las entradas y el resto son derechos de televisión, merchandising... Nuestro modelo de negocio está más cerca de una empresa de entretenimiento que de un equipo.

-Y las redes sociales, que usted controla en el Barça, ¿de qué forma pueden ayudar a las empresas?

-Son una gran herramienta porque hacen algo que es extraordinario que es conectar personas, y eso puede ser muy potente o un desastre. Lo importante es que la empresa tiene que tener claro qué quiere conseguir en las redes sociales, si quiere vender, darse a conocer... Esto bien gestionado puede ser una buena fuente de ingresos. Ahora, el consumidor está digitalizado. Hace veinte años nadie tenía móvil, pero hoy todo el mundo puede hacer de todo con su teléfono, es casi un ordenador portátil.

-¿Tiene una receta contra la crisis?

-Leyes más flexibles para emprendedores e inversores. Por ejemplo: alguien gana 10.000 euros y tiene que pagar un 40% de impuestos; si se le desgrava parte por invertir en un proyecto emprendedor se facilitarían mucho las cosas. También se debe fomentar la educación. Hay un déficit ahí para los emprendedores.

-¿Qué espera de la temporada del Barça?

-El equipo aún se está haciendo y yo tengo mucha confianza en Luis Enrique, que es un gran tipo. Soy un gran fan suyo.