El regalo del día del santo, Santa Teresa, 15 de octubre, llegó para la enfermera gallega Teresa Romero en forma de llamada de teléfono. Diez minutos de conversación con su marido, Javier, que fueron el primer contacto directo con la familia desde que el pasado día 9 se agravó el estado de salud de la primera contagiada por ébola fuera de África. A ambos les separan tan sólo unos metros, una planta en el Hospital Carlos III, pero el aislamiento de estos días ha generado en Teresa una percepción muy reducida de lo que está pasando a su alrededor.

Cuando Javier Limón le comentó que su caso estaba generando "una repercusión tremenda", la respuesta de la enferma fue de extrañeza: ¿Pero, por qué?

El estado de Teresa Romero se mantiene estable, grave, pero ha comenzado a tomar líquidos y ya se levanta. Está animada y el tiempo corre a su favor. Tampoco ha habido variación entre las 15 personas que se encuentran en observación médica en el hospital madrileño. Ayer se cumplieron diez días de hospitalización de Teresa Romero y la sensación es que se han superado los días críticos aunque persiste el riesgo vital.

Una de las primas de la enfermera lucense contaba una anécdota de la conversación con su marido. Cuando éste le preguntó si volvería a tratar a un enfermo de ébola, Teresa contestó con criterio médico: "Claro, y ahora que tengo antivirus no pasa nada". Después de superar la enfermedad una persona no puede volver a contagiarse.

La enferma preguntó a su marido por el perro de la pareja, "Excálibur" -sacrificado el pasado día 8 para evitar riesgo de contagio-, a lo que éste le respondió que no se preocupe por el animal.

Por la mañana, la ministra de Sanidad, Ana Mato, aseguró en el Congreso que a juicio de los clínicos que atienden a la paciente, "hay un horizonte de esperanza" para ella.

Javier Limón y su familia estudian querellarse contra la ministra de Sanidad, Ana Mato, y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, por el contagio de su esposa en el centro sanitario donde cuidaba al misionero Manuel García Viejo. La situación está tan enconada que la portavoz familiar aseguraba ayer a los medios que Javier Limón "no va a aceptar" las disculpas del consejero Rodríguez, enviadas anteayer por carta, "porque llegan tarde. Lo único que le va a admitir es la dimisión".

Sobre esta cuestión también se pronunció, ayer, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, quien aseguró que le parecen "muy bien" las disculpas que el consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, pidió el pasado martes a través de una carta a Teresa Romero, y a su marido, Javier Limón.

"Me parece muy bien", afirmó González, de manera escueta, a preguntas sobre su opinión acerca de la carta, en la que el consejero aseguraba que "no fue su intención ofender" a la auxiliar de enfermería con sus "desafortunadas manifestaciones" que realizó la semana pasada.

Entonces, Rodríguez manifestó en la Asamblea de Madrid que Romero ocultó a su médico de Atención Primaria que había estado en contacto con un paciente con ébola y que si había ido a la peluquería es que "no se encontraba tan mal". También señaló al día siguiente que para ponerse un traje de protección "no hacía falta un máster".

Por su parte, el sindicato de técnicos de enfermería SAE entregó ayer 33.357 firmas en el registro de la Consejería de Sanidad de Madrid para pedir la dimisión del responsable del departamento por sus declaraciones sobre Teresa Romero "acusándola de mentir".