La Comunidad gallega ha sufrido la segunda jornada de temporal con la lluvia como protagonista, al alcanzarse registros de hasta 96,8 litros por metro cuadrado en la provincia de Pontevedra, una situación meteorológica que ha dejado inundaciones y problemas en el transporte y el suministro eléctrico.

El mal tiempo llegó a dejar sin suministro eléctrico a 9.000 clientes en Vigo, aunque esa cifra se ha reducido hasta los 1.330 que se contabilizan en estos momentos, informaron a Efe fuentes de Gas Natural Fenosa.

Todas las averías registradas han sido por inundación de centros de transformación, en algunos de los cuales el agua acumulada ha superado el metro de altura, detallan las fuentes.

Los transformadores afectados han sido los de Alcalde Portanet, Castrelos, Polígono Bouzas Sur, Coia, las inmediaciones del estadio de Balaídos y Serafín Avedaño.

La ciclogénesis explosiva ha entrado con dureza en la zona sudoeste de Galicia, con fuertes vientos y lluvia abundante durante la primera mitad de la jornada, todo acompañado de un aumento en la temperatura, superior a los quince grados centígrados.

Las rachas de viento más altas se han registrado en las montañas del interior de la Comunidad, con 107,3 kilómetros por hora, y en la zona de Vigo, con 102,6, mientras que en el norte las velocidades se han mantenido por debajo.

Llama la atención la cantidad de lluvia que ha caído en especial en la provincia de Pontevedra, que es la que más ha sufrido este fenómeno que ha afectado de forma mayoritaria a la mitad sur de Galicia.

Dos estaciones meteorológicas situadas muy cerca de Pontevedra y Vigo han registrado 96,8 y 92 litros por metro cuadrado, respectivamente, que han causado el colapso en algunas zonas.

Protección Civil ya había avisado de que habría lluvias muy intensas y éstas afectaron a cuatro trenes con origen o destino en estas dos ciudades gallegas, en concreto dos de media distancia y dos Alvia. Los pasajeros tuvieron que ser trasladados por carretera.

Las inundaciones han afectado a varias zonas de Vigo, que se convirtió en un inmenso charco durante horas por el desbordamiento del río Lagares en la zona de Balaídos, circunstancia que provocó que un joven se quedase atrapado en su coche.

Incluso un camión cortó la A-55 en sentido hacia esta localidad tras sufrir un accidente y el Ayuntamiento desaconsejó circular en automóvil en la medida de lo posible, pues está previsto que las condiciones empeoren.

Algunas alcantarillas funcionaron como auténticos géiseres en algunos momentos y el caos circulatorio fue tal que duró varias horas en el entorno de la plaza de América.

La fábrica de PSA Peugeot Citröen de Vigo recuperó la actividad en sus dos líneas de producción tras un parón obligado por la caída del suministro eléctrico a causa del temporal.

La caída de tensión se produjo hacia las 13.00 horas en el puesto de transformación eléctrica de la planta, y desde entonces la actividad se mantuvo parada, aunque se fue recuperando de forma paulatina y pasadas las cinco y media de la tarde ya se estaba produciendo en las dos líneas.

El transporte de ría también fue suspendido a primera hora de la mañana, y quedó restablecido desde las 14.00 horas, aunque en todo caso condicionado a cómo evolucionase el tiempo. El Centro de Atención a las Emergencias registró hasta ochenta incidencias durante la primera parte del día, con unas treinta en la zona sur de la provincia de Pontevedra.

Para mañana, según ha explicado un predictor de Meteogalicia a EFE, "cambiará el protagonismo, de la lluvia al viento", pues las precipitaciones serán "más ocasionales y con cantidades menos importantes en las provincias de A Coruña y Pontevedra".

"Sí habrá, en cambio, viento fuerte en la costa atlántica y en las montañas del interior, con rachas de más de cien kilómetros por hora en A Costa da Morte -alerta naranja- mientras que en todo el resto de Galicia la alerta será amarilla, con rachas de entre setenta y ochenta kilómetros por hora", ha concretado este experto.

Esto se produce porque la borrasca, aunque pierde intensidad, se acerca a Galicia y al haber una zona de altas presiones en el Mediterráneo las isobaras se juntan y aumenta la velocidad del viento.

Las temperaturas "seguirán subiendo" y "en general superarán los veinte grados", unos valores que no son veraniegos, pero sí "muy elevados" para lo que es habitual en estas fechas.