El estudio utilizó datos de virus de la República Democrática del Congo, donde se registra una mayor diversidad de cepas, y que están archivados en el Laboratorio Nacional de Los Álamos (EE UU). Allí también se conserva la muestra más antigua, que data del año 59 y que los autores del artículo usaron como test de control para certificar la validez de sus métodos.

Los análisis comenzaron hace tiempo, pero los coordinadores del proyecto comenzaron a poner en común los resultados hace un año. La misión de Posada fue comprobar, a través de simulaciones informáticas de la evolución del virus, que las conclusiones no estaban afectadas por la recombinación genética, un mecanismo biológico clave para el VIH que es también el que dificulta el desarrollo de posibles vacunas.

El proyecto abre la puerta a más estudios en Kinshasa para aumentar el conocimiento sobre la epidemia: "Entender más siempre ayuda en algún momento". Y los métodos desarrollados también podrían aplicarse al estudio del origen de otras virus como el de la hepatitis C, que también se extendió por el Congo gracias a los mismos factores que favorecieron la propagación del VIH.

"Conceptualmente pueden aplicarse a cualquier enfermedad que se contagia por fluidos como el ébola, pero en este caso el escenario ha cambiado. Es más globalizado y la expansión es mucho mayor", compara.

Posada cree que los resultados deben ser tenidos en cuenta por las autoridades sanitarias: "No es el caso de la gripe A, cuya epidemia se debe a una mutación del virus. El VIH no se extiende debido a factores genéticos, sino a cambios sociales y demográficos. Pero si los comportamientos permiten la expansión también puede frenarla. La prevención es fundamental".

La publicación en Science coincide con el inicio oficial del proyecto que lidera desde Vigo para estudiar la evolución del cáncer y que el Consejo Europeo de Investigación financia con 2 millones de euros a través de la primera Consolidator Grant que recae en Galicia.