Un menor de edad, de entre 12 y 17 años, sufre una "intoxicación etílica aguda" que requiere la atención de los servicios de emergencias sanitarias en Galicia cada día. Los menores que acudieron al 061 por un episodio grave con el alcohol durante el año pasado fueron concretamente 363. Este dato se desprende del servicio de prevención de conductas adictivas (Saúde Pública) de la Consellería de Sanidade. De los 363 casos registrados en menores de edad, 37 tenían 14 años o menos. Hubo incluso uno de 12 años que tuvo que recibir atención médica y siete niños de 13 que requirieron la presencia del 061. Aunque a priori la situación resulte preocupante, se enmarca dentro de una esperanzadora tendencia a la baja.

La cifra de borracheras de adolescentes atendidas por urgencias ha disminuido considerablemente en los últimos tres años. Las intoxicaciones etílicas graves en menores que motivaron emergencias han caído un 33% desde que comenzó a aplicarse la La ley gallega de prevención del consumo de bebidas alcohólicas. Pasaron de 547 a 363 entre 2011 y 2013.

Un año antes, las ingestas desmedidas de alcohol que motivaron la presencia del 061 fueron 445, de los que 47 tenían catorce años o menos. Y en 2011, el primer año de aplicación de la norma, se registraron 547 casos de intoxicación etílica, de los que 49 no llegaban a los quince años.

¿Qué se esconde detrás de las cifras de la estadística? Expertos consultados apuntan a una suma de factores.

Entre ellos, destacan la práctica disolución de los "botellones" -salvo en épocas concretas del año-, junto a las medidas de prevención y campañas de concienciación de diferentes administraciones. También ha influido poderosamente el endurecimiento de la legislación y las sanciones que contempla.

El mayor control ejercido desde la entrada en vigor de la ley, junto con las campañas de sensibilización, también supuso una reducción considerable del número de intoxicaciones etílicas agudas que requirieron la asistencia de los servicios de urgencias. La ley gallega de prevención del consumo de bebidas alcohólicas por parte de menores, que entró en vigor a principios de 2011, ha supuesto un cambio de tendencia en dos de los principales indicadores que miden el impacto del alcohol. Así figura en la memoria de Saúde Pública.

En 2010 y en pleno boom del botellón, según aseguran fuentes de servicios sanitarios consultados, eran casi 200 los adolescentes de catorce años que acaban en los servicios de urgencia de algún hospital por intoxicaciones etílicas graves.

La norma supuso en su momento un cambio legal sustancial. Hasta entonces, los mayores de 16 años podían consumir bebidas de baja graduación como vino, cerveza o algunos licores, pero a partir de 2011 quedó totalmente prohibido para los menores de edad, que motivaron 24 denuncias.

La restricción legislativa se ha extendido a todas las comunidades, salvo en el caso de Asturias, si bien el Gobierno del Principado ya está tramitando la ley que también fija en 18 años la edad mínima para consumir alcohol. Y el Estado prepara -a través del departamento que dirige Ana Mato- un nuevo endurecimiento legislativo.

Hasta un total de 717 denuncias relacionadas con el alcohol a menores han tramitado las diferentes policías y Guardia Civil en 2013, mientras que solo eran 312 en 2011 y 603 en 2012. Desde la entrada en vigor de la ley gallega, diferentes agentes de la autoridad realizan los fines de semana una serie de dispositivos por toda la comunidad, con el objetivo de velar por el cumplimiento de la norma y detectar la venta, consumo y suministro de alcohol a menores. La mayoría fueron a través de la Policía Autonómica, que tiene competencias sobre menores y es la que más ha denunciado, con 618 expedientes en el último año. Pero en los dispositivos de control también participó la Guardia Civil, con 70 denuncias presentadas. La Policía Local apenas interviene. Solo cinco expedientes le corresponden en 2013. Hasta hubo muchas más correspondientes a ciudadanos particulares.