Los dos petroglifos de Sandín (Monterrei) estudiados, pero sobre todo el de Penedo do Muro 2, acogen motivos muy característicos y de los que hasta el momento no se conocen paralelismos en el arte rupestre del Noroeste Peninsular. En las cercanías de estos dos petroglifos se catalogaron también una nueva mámoa y un otro petróglifo, previamente descubiertos por Bruno Rúa.