"En Estados Unidos, Irlanda o Escocia, no es la primera vez que los especialistas que se dedican al estudio de la historia de los celtas se ríen de las ocurrencias que salen desde Galicia: que si Breogán, que si Brath, que si la literatura artúrica, que si el solsticio de verano...Nosotros queremos dotar de contenido científico a nuestras conclusiones, para que todas ellas estén respaldadas por el rigor, desechando, salvo que aporten algún dato fiable, las fuentes literarias, que fueron a las que, eso sí, con muy buena voluntad, recurrieron los pioneros galleguistas para explicar las conexiones célticas de Galicia". Quien así se expresa es el traductor Martín Fernández Maceiras, director del Proyecto Gaelaico, una iniciativa emprendida por historiadores, lingüistas y etnógrafos gallegos que trabajan con el asesoramiento de investigadores escoceses, irlandeses y norteamericanos, y que cuentan además con el padrinazgo de James J. Durant (Seàmas Ó Direáin), doctorado en Linguística por la Universidadade Stanford, un estadounidense de origen irlandés considerado la máxima autoridad actual en la materia.

Los miembros del Proyecto Gaelaico han centrado sus investigaciones en uno de los principales pueblos celtas, los gaeles, y parten de su idioma, el gaélico, que sobrevive, a duras penas, en Irlanda y Escocia, para efectuar estudios comparativos de esa lengua con el gallego, tanto en las palabras del lenguaje común como en los topónimos que identifican los lugares.

Gaeles y britones son los principales pueblos considerados celtas, aunque, matice Fernández Maceiras, "si hay que buscar un pueblo celta por antonomasia, ese es el de los gaeles", de cuya crónica histórica da fe la llamada Declaración de Arbroath, datada el 6 de abril del año 1320. Se trata una suerte de acta de independencia firmada por 51 nobles escoceses, escrita en forma de carta dirigida al Papa Juan XXII. "Pero para nosotros -dice Maceiras- lo importante no es la parte política del documento, que todavía se conserva, sino lo que se dice, porque lo que allí se dice es que los gaeles, pueblo de origen indoeuropeo, se asentaron durante siglos, además de en las islas británicas, en el noroeste de la Península Iberica, es decir, el territorio que los romanos denominaron Gallaecia". "Si los de la Xeración Nós se hubiesen percatado de la existencia de este documento -deduce Maceiras-hubiesen poseído un material muchísimo más valioso que todas las especulaciones que vertirirían basándose en la literatura de la materia de Bretaña o de los libros de leyendas irlandesas".

Coincidencias en los idiomas

Tras más de año y medio de investigaciones en el campo de la linguística, los investigadores del Proyecto Gaelaico,que han contado también con la ayuda de la Universidad de Vigo, adelantan que "hemos descubierto mucho más incluso de lo que esperábamos,y lo hemos hecho sin prejuicios, porque nosotros no es que queramos ser gaeles o celtas, nosotros somos lo que somos, gallegos, pero resulta clarísimo que en el idioma gallego, y también en el portugués e incluso en el castellano, se detectan unas raíces gaélicas que, si la historia hubiese sido como oficialmente se cuenta, no tendrían que existir. Pero existen, hete ahí la verdad, y lo hacen a través de palabras que no solo son similarses fonéticamente, sino también en su significado". ¿Un ejemplo? Se han encontrado ya numerosísimos, pero podría ponerse la denominación del idioma: los irlandeses se refieren a su lengua, a la lengua de los gaeles, como Gaeilige; los escoceses se refieren a la lengua gaélica hablada en Escocia como Gàiddhlig; los habitantes de la Isla de Man llaman a su lengua ancestral Gaelg; y los gallegos nos referimos a nuestra lengua romance como Galego. La versión anglicanizada del nombre de las tres lenguas goidélicas es Gaélico. "Galaico -sostiene Fernández Maceiras- es sinónimo de Galego, igual que Gaelic es sinónimo de Gàidhlig, de Gaeilge y de Gaelg". Esta es una demostración del método utilizado en esta nueva línea de investigación: la Linguística Comparada.

Una novedosa aportación del Proyecto Gaelaico es la de abrir las puertas a la posibilidad de que la llegada de las tribus celtas a Galicia no solo se produjo "miles de años antes" que los romanos, sino tambien cientos de años después. Esta última llegada estaría protagonizada por los britones, el otro gran pueblo celta, y "habría coincidido -leemos en la págna web del PG- aproximadamente con la época del asentamiento bretón en la Bretaña francesa, huyendo de las huestes anglosajonas. Todo parece indicar que el pueblo britano estuvo asentado en una pequeña zona muy específica de Galicia y Asturias, a ambos márgenes del río Eo".

En el marco de las investigaciones efectuadas hasta ahora cabe destacar la de San Gonzalo, que vivió entre finales del siglo XI y principios del XII. Obispo de Mondoñedo desde 1070 a 1108, todavía hoy es recordado con una romería. Enterrado en la iglesia de San Martiño, su sarcófago se abrió por rimera vez en 1648, descubriéndose que en su interior había un anillo de ornamentación inequívocamete inspirada en motivos celtas, con la inscripción, en latín, de la frase "No quiero ser dado ni vendido". Se trata del mismo lema que figura en el anillo que Elatha mc Delbaith, el rey de los los Fomoire, regaló a la hija de Delbaeth, de los Tuatha De Danan, según la crónica de la batalla de Mag Tuired librada entre dos de los principales clanes irlandeses. "Que fuese en latín se explica por el poder de la Iglesia católica", sentencia Maceiras.