El estudiante vigués de 18 años Javier Olivares es un ejemplo de habérselo pensado muchísimo. Como las notas (con un 11,1 en Selectividad -sobre 14- y un 8 largo en Bachillerato) se lo permiten, elegirá un doble Grado en Ingeniería Informática y Administración y Dirección de Empresas, en principio en la Universidad Carlos III en Madrid. "Mis padres me dieron libertad de elección", asegura el hijo de médico y abogada. Y destaca su madurez: "Lo más importante es pensar en qué se quiere hacer en el futuro y luchar por ello. Si vamos a estar tanto tiempo trabajando, que sea algo que te haga feliz", sostiene.

La preuniversitaria Claudia Queimaño, a sus 17 años eligió cursar Derecho -y hacerlo en Santiago- porque es su vocación desde pequeña. "Es una profesión que te abre muchas puertas, tanto en la Diplomacia o las Relaciones Internacionales, como para tener una cierta cultura política", asegura. Y sabe que quiere defender los intereses de las personas "desde que tenía 10 o 12 años", explica. "Sabía que defender algo en público era lo mío", asegura la joven que sacó más de un 9 en Selectividad.

El estudiante José Fariña, que con 17 años ha logrado un 10,9 en Selectividad en Vigo, quiere hacer un Grado de Ingeniería de Tecnologías Industriales. "Lo que más me gusta es la Ingeniería. Pensé en la salida y también en la vocación". Con respecto a su preferencia, asegura que tomó la decisión él mismo, después de informarse. "La decisión es de este año", explica, al tiempo que deja entrever la sobreinformación que tienen los jóvenes de su edad sobre cientos de Grados y múltiples universidades.