Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico que persiguieron en la madrugada del domingo a un Fiat Punto a gran velocidad por las pistas secundarias de Vilaboa se llevaron una enorme sorpresa al comprobar que al volante del citado vehículo estaba un menor de tan solo 15 años de edad.

Todo ocurrió en la madrugada del sábado al domingo. Sobre las cuatro y cuarto de la madrugada los efectivos de Tráfico desplegaron uno de los muchos controles de alcoholemia que llevan a cabo de forma preventiva en las carreteras de la provincia. En esta ocasión eligieron la Nacional 554, entre Vilaboa y Rande, para someter a la prueba del etilómetro a los conductores que circulasen por dicho vial. En ese momento fue cuando ordenaron la parada al conductor de un Fiat Punto que hizo caso omiso a sus indicaciones. Muy al contrario, el vehículo aceleró y comenzó una fuga "a gran velocidad", con las luces apagadas en el turismo para intentar así despistar a los agentes que le seguían y estando a punto de colisionar en varias ocasiones con otros usuarios que también circulaban por las pistas locales por las que este conductor se adentraba para intentar dar el esquinazo a los agentes de Tráfico.

No fue capaz. Los guardias civiles acabaron dándole alcance y fue entonces cuando comprobaron que el conductor era este menor de 15 años de edad, vecino de Vilaboa y que, como es lógico por su edad, no poseía el carné de conducir. El menor iba acompañado de otro joven de 18 años, también vecino de Vilaboa. Este tan solo hacía dos meses que había obtenido el carné y aseguró que había prestado el vehículo a su amigo para que también aprendiera a pilotar. También fue imputado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial.