La actividad humana y los factores climáticos han provocado la degradación de aproximadamente el 30 % de la superficie de la Península Ibérica, pero sólo el 5 % de este territorio está afectado por procesos de desertificación activos en la actualidad, mientras que el resto corresponde a zonas degradadas en el pasado o "desertificación heredada".

Así lo ha declarado a EFEverde el experto en desertificación de la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC, Juan Puigdefábregas, con motivo de la celebración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, instaurado por la ONU en 1994, que este año lleva el lema "La Tierra pertenece al futuro, protejámosla del cambio climático".

En opinión de Puigdefábregas, en España existen cinco principales escenarios de riesgo de desertificación, ligados a la agricultura intensiva, la sobreexplotación de los acuíferos y la erosión del suelo: la agricultura intensiva del litoral mediterráneo, los nuevos olivares de Andalucía oriental, los regadíos de La Mancha y del Valle del Ebro así como las dehesas extremeñas.