"La tartamudez no es una enfermedad, forma parte de la diversidad humana y queda mucho por investigar sobre sus orígenes y su tratamiento". Mª José Fiuza Asorey, doctora en Psicología por la Universidade de Santiago y Licenciada en Logopedia, ha tratado durante muchos años a personas con tartamudez y asegura que cada caso es totalmente diferente.

"Hemos pasado de una explicación neurofisiológica a otra de corte psicológico, teorías psicolingüísticas y, actualmente, lo más aceptado es una mezcla de estas ideas en la que se acepta una predisposición genética que se desencadena por causas psicológicas, ambientales o conductuales", describe.

La experta -que ofrecerá el 31 de mayo en Santiago la conferencia "La tartamudez hoy: qué sabemos y hacia dónde vamos"- destaca que lo más importante en los casos de tartamudez "es ver cómo vive cada uno esa falta de fluidez y mejorar su autoestima". La psicóloga asegura que muchas personas con tartamudez "se encuentran con problemas para acceder al mundo laboral e, incluso, muchos se aislan y evitan hablar en público". "Tenemos que lograr que la tartamudez deje de ser vista como una discapacidad, sino que es solo una forma diferente de hablar", indica.

Fiuza insiste también en la importancia de comenzar a trabajar con los niños que tartamudean pronto "para evitar que la tartamudez se afiance".