Joaquín comenzó a tartamudear desde pequeño, un problema que también tenía su hermana mayor y que, en casa, ocultaban como un tema tabú. Su complejo fue creciendo cuando, a los 13 años, fue expulsado de su colegio a causa de la tartamudez. Joaquín renunció a ser cura, ya que no se veía capacitado para ofrecer las homilías. Sin embargo, no quiso quedarse parado y, a los 22 años, comenzó a hacer terapias para aceptar su forma de hablar y mejorarla. "Hasta los 55 años no conseguí la fluidez que tengo hoy, pero para mí fue un alivio dejar de ocultar mi problema", explica. Joaquín Pulleiro fue ordenado diácono y habló ante 3.000 personas con enorme fluidez y, próximamente, será ordenado sacerdote. Él es un ejemplo de que la tartamudez no debe aislar a las personas ni limitar su futuro y, para ayudar a otras personas en su misma situación, desde hace 12 años es el coordinador para Galicia de la Fundación Española de la Tartamudez. Esta entidad celebrará del 30 de mayo al 1 de junio en Santiago su Encuentro Anual, que tiene lugar por primera vez en Galicia.

"Este problema afecta a unas 800.000 personas en España y la Fundación realiza un trabajo muy importante proponiendo terapias, promoviendo la investigación de las causas que la provocan y sensibilizando a la sociedad para evitar que las personas de este colectivo sean discriminadas", explica el religioso.

La tartamudez, disfemia, espasmofemia o disfluencia en el habla es un trastorno de la comunicación (no un trastorno del lenguaje) que se caracteriza por interrupciones involuntarias del habla acompañadas de tensión muscular en cara y cuello, miedo y estrés. "Especialmente estamos centrados en la población infantil, ya que el problema a estas edades se puede erradicar y reconducir en un 80% de los casos", añade .

El Encuentro se celebrará en el San Francisco Hotel Monumento, en Santiago, y el día 31 contará con la participación de Mª José Fiuza Asorey, que ofrecerá la conferencia "La tartamudez hoy: qué sabemos y hacia dónde vamos". Ese mismo día, en la Plaza del Obradoiro los participantes realizarán un happening, la lectura de un texto que hayan elegido libremente para llevar a cabo la terapia de "vencimiento del miedo escénico".

El eslógan que han elegido este año es "Déjanos hablar" porque "la gente quiere siempre terminar nuestras frases y nosotros necesitamos que no se muestren impacientes porque eso nos crea desconcierto y ansiedad", describe el portavoz.

"Hay tantas manifestaciones de la tartamudez como personas que tartamudean y a cada uno le va bien una terapia diferente; lo más importante es dotar a la persona de conocimientos para que practique la autoterapia y, luego, tener mucha constancia para ser capaz de vivir cómodamente con la tartamudez y no sufrir ni dejar que domine tu vida", concluye Pulleiro.