Los fans españoles de Final Fantasy han disfrutado de las últimas ediciones de esta mítica saga de videojuegos, una de las más vendidas de la historia de esta industria mundial en continuo crecimiento, gracias a la labor de traducción de Raquel Uzal (Culleredo, 1988), especialista de la multinacional japonesa Square Enix en sus oficinas de Londres desde hace casi dos años. Licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Vigo, acaba de recibir el Premio Nacional Fin de Carrera correspondiente al curso 2010-11 gracias a un expediente que también fue distinguido en su día como el mejor de Galicia en su área.

Ella agradece ambos como un reconocimiento al trabajo personal. "Todo el esfuerzo ha servido de algo, pero en el mundo laboral no tienen repercusión" asegura Raquel, a la que le gustaría asistir a la entrega de credenciales. Durante el acto del año pasado en Madrid, doce premiados, entre ellos un ingeniero monfortino, le negaron el saludo al ministro Wert para mostrar su desacuerdo con los recortes. Este acto espontáneo de indignación tuvo gran repercusión mediática: "Lo vi en las noticias, era algo que no me esperaba pero tienen sus razones Están frustrados por las reformas y lo más sangrante es que los descontentos son gente muy preparada que no consigue ayudas para poder seguir investigando. Los jóvenes son el futuro y hay que formarlos, pero con recortes esto no podrá ser así". ¿Rechazaría también ella saludar al responsable de Educación? "Por ahora ni siquiera sabemos si se celebrará. Ya lo decidiré en ese momento", comenta.

Raquel realizó una estancia "erasmus" en Liverpool durante la carrera y, tras licenciarse, cursó un máster en Traducción Audiovisual en la universidad londinense de Roehampton con una beca Barrié. "Pensé que sería más fácil encontrar trabajo aquí, envié currículos y, antes de terminar los estudios, ya tenía respuestas. El cine y la televisión eran lo que más me interesaba, pero los videojuegos son un campo de trabajo similar. Se trata de historias muy elaboradas y muchas de ellas necesitan doblajes y subtítulos", compara.

Aunque nunca pensó dedicarse a este sector -"A más de un amigo le doy envidia y me dicen que es el trabajo de sus sueños"-, ha acabado por encontrar la satisfacción profesional: "Es un trabajo divertido y muy bonito. Cada videojuego supone un reto diferente. La dedicación casi resulta constante porque en cualquier momento se te puede ocurrir el chiste, el juego de palabras o el nombre del personaje que necesitas. La palabra perfecta puede aparecer fuera de la oficina".

La multinacional Square Enix, que tiene otras dos sedes más pequeñas en Alemania y Francia, desarrolla algunos de los videojuegos más populares como Dragon Quest o Tomb Raider, además de la saga Final Fantasy, que ya suma 14 ediciones. "De alguna manera estás poniendo un granito de arena para que puedan llegar a todo el mundo. Los traductores no salvaremos el mundo ni curaremos el cáncer pero ayudamos al público a disfrutar de películas o juegos a los que de otra forma no tendría acceso", reivindica.

Además de trasladar secuencias al español, Raquel debe editar comunicados de prensa, tráilers, los making of y demás material promocional. En la sede londinense trabajan unas 200 personas, la mayoría desarrolladores, expertos en marketing y tester o probadores. Hay un especialista para cada idioma y ella se encarga de traducir desde el inglés para el mercado español e hispanoamericano. "Los juegos originales están en japonés y suelen venir desde el país nipón o EE UU. Allí también hay especialistas en español y a veces colaboro con ellos porque siempre está bien compartir puntos de vista. Uno de ellos es sevillano y a veces usa expresiones que no todos los usuarios entenderían. Y lo mismo me puede pasar a mí. Hay que buscar un lenguaje estándar, neutro", explica.

La competencia es de tal calibre en esta industria que Raquel no puede revelar en qué trabaja actualmente: "Es información confidencial", dice. Desde que los desarrolladores comienzan a programar hasta que el producto llega a las tiendas pasan varios años. "La traducción es una de las fases finales durante el último año. Un juego como Final Fantasy tiene entre 80.000 y 100.000 palabras y traducimos 2.000 por día. Nos llegan archivos de texto pero no vemos el juego en sí, a no ser que lo necesitemos por algo en concreto. Sí tenemos mucha información de la historia y los personajes".

Raquel, que también habla alemán e italiano, se relaciona con otros traductores europeos con los que ha estudiado o comparte trabajo en Londres, una ciudad cuyo clima y habitantes encuentra "similares a los de Galicia" y en la que cada vez escucha más nuestra lengua: "Es una provincia más. Vas a cualquier tienda de Inditex y todos son españoles".

Asegura que el estereotipo del español "que no habla bien el inglés o lo hace a gritos" todavía pervive, aunque "ha ido mejorando con los años y las nuevas generaciones". En el caso de los estudios de Traducción, Raquel prefiere el sistema de nuestro país frente al británico: "Tenemos una carrera bastante extendida y hay gente cualificada, pero aquí se imparten como un posgrado. Se acaban dedicando a este trabajo los filólogos o personas bilingües y no se entiende muy bien en qué consiste esta profesión".