Casas que, aunque parezca increíble, han salido de una impresora 3D. Es lo que hace la empresa china Winsun y eso explica también su precio: 4.000 euros. Porque usa una mezcla de cemento con fibra de cristal que va creando los bloques y que es más ecológica, más sólida y sobre todo, como explica su creador, Ma Yihe, se usa menos cantidad, con lo que resulta mucho más barato.

Y presten atención: una de estas máquinas puede fabricar hasta diez casas de 200 metros cuadrados en un sólo día. Los compradores sólo tienen que elegir el diseño que más les guste o que mejor se ajuste al presupuesto que tienen y su nuevo hogar estará listo para la mañana siguiente.

Esta empresa china incluso quiere abaratar más el proceso usando para su mezcla materiales de desecho y residuos de las minas. Una propuesta urbanística que, de entrada, va a obligar a que se cambie en los diccionarios el concepto que tenemos de casa prefabricada.