Anxo Lorenzo ha vuelto a asomarse al balcón de la ría de Vigo para inspirar las influencias musicales de las naciones celtas en el salitre de la brisa y transformarlas en melodías que suenan a modernidad sin dejar de respetar el oxígeno de la tradición. Su último disco lleva el título de Confuxon, un acrónimo de O Con -una playa moañesa junto al casco urbano- y O Fuxon, un espacio del mismo municipio. Es este el homenaje a su tierra de la que parte para realizar un viaje por sonidos de Escocia, Galicia, Bretaña francesa e Irlanda, aderezados por su peculiar forma de interpretar la gaita, a medio camino de una guitarra eléctrica por momentos.

Es este un disco sin las colaboraciones de renombre del anterior, Tirán. Pero no por ello Confuxon es un álbum menor. A través de sus seis canciones -ojo, algunas suponen una miscelánea de hasta cuatro temas distintos- realiza ejercicios sofisticados de interpretación con el violín y chincello del irlandés Eoghan Neff, el guitarrista Xosé Liz o Rubén Bada o el mandolín de Luis Peixoto.

Asiduo al Festival Intercéltico de Lorient, en tierras bretonas, donde logró el premio Macallan al mejor gaitero, Anxo Lorenzo ofreció el pasado en la cita un avance de este álbum. Entonces, confiaba que se titularía O Con pero una recomendación lingüística de un amigo belga le hizo cambiar de idea. "Me dijo que 'con' era un insulto en francés, que sonaba fatal, así que decidí crear una palabra nueva que recordase a confusión o con fusión", explica el músico morracense.

Finalmente, lo bautizó Confuxon y, precisamente, empleó otro acrónimo para el primer tema, Macalambique. En este, hilvana las canciones escocesas The silver slipper, Castlebay, Little Cascade y Ceridwen and Martyn´s Nusa Lembongan Wedding.

Tanto en esta canción como en las siguientes, a excepción de en Ile flottante, que cierra el álbum, se recoge el sonido del chincello, a cargo de Neff. "Es un instrumento del tamaño de la viola pero que tiene una cuerda más gruesa sonando como un contrabajo. El sonido es increíble, como un violín sin arco", explica Lorenzo.

En "Confuxon", que da nombre al disco, se da rienda suelta a "la marca de la casa", los riff con gaita que en su banda de los 90, Spiritu 986, hicieron que le apodasen el "gaitarrista".

Por su parte, L´Orient Express ofrece un viaje de la Bretaña a China a través del medio de transporte de los violines, flautas, guitarra, chincello y gaita gallega en un "trabajo muy experimental" que insufla un aire transgresor, diferente y vivo a la música tradicional gallega.

Tanto en el anterior como en "Tríona en Bretaña", Anxo Lorenzo muestra su cariño por la nación celta y por el Festival de Lorient. "La primera vez que fui fue en el año 1985. Tenía diez años y fui con la banda de gaitas Semente Nova. Fue una experiencia que me abrió la mente musicalmente hablando".

El gaitero moañés también interpreta sonidos irlandeses en la canción Crop circles en una suite de jigas, en un ritmo parecido a la muiñeira. Como cierre del álbum, Lorenzo eligió Ille flottante, "una de las piezas más difíciles que he interpretado con gaita gallega, donde se aprecia el virtuosismo ya que es una composición para zanfona de Valentin Clastier", explica el músico que retrasó la edición de este disco debido al fallecimiento de su padre, al que dedica el trabajo que será presentado ante la prensa el próximo jueves en el auditorio de Quintela en Moaña, donde se proyectará el vídeo clip creado por Juan Salgueiro y Jacobo Gayo. El día 25, actuará en Luar y el 26, en Melide.