Trece minutos que condensan trece años de sentimientos "tan hermosos como trágicos". Esto es "Trece", el primer disco de la guitarrista gallega Alba López, nacida también un día 13, de enero, que ese año cayó en martes. "No soy supersticiosa, no puedo serlo", reconoce desde Alemania la música ferrolana de 33 años. "Trece" fue grabado y masterizado en los Estudios Abrigueiro, en Lugo, y cuenta con la colaboración de la ilustradora germana Hanna Sörgel, que crea un mundo imaginario basado en las historias que Alba narra con las cuerdas de su guitarra. El disco puede escucharse en www.dubhedubida.com.

-Para los músicos internet es un arma de doble filo: por una parte está la piratería, pero por otro les permite hacerse visibles al mundo.

-El problema no es tanto la piratería como el hecho de que ha cambiado el formato y la industria discográfica tiene que adaptarse. El gran lastre de internet es que tienes que competir con gente no profesional y que no se sabe filtrar. Se comparte más un tema porque tenga una coreografía disparatada, aunque sea la versión diez mil, que una creación original. Si no hay alguien detrás que apoye tu trabajo es muy difícil darlo a conocer. Con internet parece que hay más posibilidades, pero al mismo tiempo es más difícil porque hay más gente y tú eres más pequeñito.

-Sin ese apoyo, ¿la alternativa que queda es la autoedición?

-Sí y no estoy en contra. Muchas veces es complicado grabar con una discográfica sin que se meta en lo que haces. Yo en "13" ha hecho lo que me ha apetecido y puedo decir que es cien por cien mío, aunque esto también tiene su parte difícil, que es estar solo para sacar adelante todo el trabajo.

-¿Qué tipo de disco es "Trece"?

-La verdad es que no podría definir mi música porque es muy personal. "Trece" es mi primer disco como solista, aunque tengo discos con Diversus Ensemble, con el que toqué cuando viví en Suiza. Es un disco muy personal, que habla del amor y del desamor. Dura trece minutos y son tres temas creados desde que comencé a componer, hace trece años. Me ha costado mucho enseñar este disco a los demás porque es muy íntimo, aunque tal vez la gente no lo vea así porque la música es muy abstracta y no tiene palabras, pero los sentimientos están ahí. Ahora estoy preparando otro proyecto, en el que trabajaré con un artista plástico. Me gusta trabajar con otros artistas porque aprendo mucho.

-No hay muchas mujeres guitarristas, al menos reconocidas...

-No voy a decir que sea un mundo dominado por los hombres porque hay guitarristas que son referente mundial. Sin ir más lejos Margarita Escarpa, en Vigo, pero sí es verdad que de cara al exterior los grandes nombres son masculinos. Sin embargo, la mujer va ganando terreno en la guitarra clásica y el interés por el instrumento está ya igualado. Tal vez el mayor lastre de la mujer sea la conciliación con el mundo familiar a la hora de optar por la carrera de concertista.

-¿Por qué se marchó de Galicia?

-Para estudiar y luego vi oportunidades de trabajar aquí, aunque la inestabilidad laboral es la misma. Aquí también hay recortes en la cultura. Los conservatorios tienen miedo de perder subvenciones y tener que prescindir de profesorado.

-¿Qué hay de Galicia en su música?

-No se puede olvidar de donde eres, aunque uno de vaya nutriendo de lo que vive. La morriña es un mal que no se cura nunca.