"Trajano, además de un brillante estratega militar fue un gran administrador que luchó hábilmente contra la corrupción, lo cual le granjeó grandes y poderosos enemigos". Lo dijo ayer en el Club FARO el escritor Santiago Posteguillo, profesor de Lengua y Literatura inglesa en la Universitat Jaume I. "El emperador Trajano, el hispano que conquistó el mundo" fue precisamente el título de la amena e ilustrada charla que le presentó el periodista Rafa Valero.

La disertación de Posteguillo fue en realidad una exposición, planteada de modo muy atractivo, de cómo fue construyendo su última novela, "Circo Máximo", editada por Planeta. Y Trajano era el personaje principal de la misma, segunda parte de la serie que dedica a este emperador tras Los Asesinos del emperador. . "Escribo esta novela, entre otras cosas -dijo-, por la descripción de las carreras de cuádrigas con la que empieza y termina, pero también porque me interesa la figura de Trajano en el gobierno de Roma, un emperador cuyo único error fue nacer en España. Sin embargo, pasa a la Historia como el mejor de los gobernantes posibles".

¿Porqué esta importancia de Trajano? Según el escritor era un gran estratega que luchó contra la corrupción. y decidió devaluar la moneda en medio de una gran crisis económica. "Eso hizo -dijo sonriendo- y sin pedir permiso a Germania, como habría que hacer ahora. Sabía que había que pedir sacrificios al pueblo pero que solo se podía hacer dando ejemplo. Así, hizo públicos los gastos de la familia imperial. Y si había que luchar, entraba en el campo de batalla; y si había que caminar 40 kms, no lo hacia en litera sino a pie con sus soldados, y comiendo su mismo rancho. Comprenderán que el nivel de identificación de las legiones romanas con un líder así era total. También podríamos hablar sobre sus sombras. Bebía mucho pero en su favor diré que había ordenado a sus generales que no acataran sus órdenes si estaba borracho".

Posteguillo empezó preguntándose cómo construyó él esta novela histórica, preñada de datos reales, y a lo primero que se refirió fue al título de la misma, "Circo Máximo". "En Roma -dijo- no queda nada de este estadio salvo una gran explanada salvada de la vorágine imobiliaria. Pero si ustedes se trasladaran al siglo II y visitaran Roma, sería lo primero que visitaran. ¿Cómo no siendo el mayor estadio del mundo antiguo y del todo el mundo después, con una cabida para 250.000 espectadores?".

El escritor imaginó un comerciante de aquel tiempo en visita a Roma y al estadio. "¿Y qué haría también? Seguro que apostar sus sextercios a la cuádriga que podía ganar la carrera. No sería el primero que entró libre y salió sin dinero y como esclavo de tanto perder".

La narración de las carrera de cuádrigas es otro elemento, fundamental, de los que aderezan su novela. "Eran 3 cuádrigas por equipo, cada una de las cuales tenía que dar siete vueltas a la pista de arena, 14 giros de 160 grados que podían ser mortales con unos caballos casi desbocados que debían girar alrededor de conos de piedra. Quien ganaba la carrera no era el primer auriga que llegaba sino el primer carro, aunque llegara sin auriga o con él muerto".

Habló de las fuentes consultadas y de cómo Trajano había escrito, igual que Julio César su "De bello gallico", su "De bello dácico", contando la guerra contra Dacia en la que habían sido derrotados otros emperadores. "Lo malo -afirmó- es que se perdió esta primera mano de Trajano. Pero teníamos otras fuentes, como la Columna Trajana, en la que se narran las dos batallas y, sobre todo, las cartas de Plinio "que no tienen precio como compendio de documentación histórica".

"Pero eso no llega para escribir una novela y, a falta de poder viajar en el tiempo, podemos coger un avión y visitar los vestigios que han quedado en Rumanía, como hice yo, y llegar a Densus, y ver los restos y visitar la iglesia más antigua de ese país, hecha con las piedras funerarias levantadas en honor de sus generales muertos contra los dacios.. En fin, todo un recorrido que sirvió para iluminar la novela".