"Emilia Pardo Bazán fue una persona que aportó mucho a la cultura española, que hizo esfuerzos enormes por colaborar a la regeneración de España, que escribió de política, de cultura, de reformas sociales, y a la que se le tachó y se le negó el valor de lo que hacía y lo que quería hacer, sólo por ser mujer. Ese fue su gran delito", dijo ayer en el Club FARO Inés Alberdi, catedrático de Sociología de la Complutense de Madrid.

Presentada por Elena Espinosa, adjunta a la Presidencia del Grupo Rodman, Alberdi resaltó que la escritora gallega "eligió una profesión en la que no hacía falta ningún título ni acreditación, en la que sólo valía el mérito. Fue demasiado adelantada para su época", subrayó.

Según Alberdi, que acaba de publicar en EILA Editores "Vida de Emilia Pardo Bazán" respaldada por la Asociación Matritense de Mujeres Universitarias, "la escritora era muy consciente de la animosidad que levantaba con la defensa de los derechos y de la libertad de las mujeres pero no por ello abandonó sus ideas ni dejó de defenderlas en todos los ámbitos..." y "escribía a un ritmo impresionante, quizás porque tenía el ánimo que le infundían sus miles de lectores. Hoy haber sido una mujer de éxitosería algo normal. Pero en aquellos años no lo era".

"Sus pretensiones de entrar en la Real Academia -dijo- chocaron mucho en la época. En esta cuestión también Emilia Pardo Bazán fue una innovadora. Es conocido el comportamiento de la Real Academia Española, que por tres veces le negó la entrada; no por falta de méritos sino por ser mujer." "Aquí no hay sillones para las mujeres", le contestaron. "A pesar de ser la más importante, le cerraron la puerta", insistió. En este sentido, Alberdi opinó que la Real Academia debería hacerle un homenaje de desagravio, a ella y a todas las mujeres a las que no dejó entrar.

Atea y pornográfica

Muchos le aconsejaron firmar sus obras con seudónimo masculino. Otros le criticaron por escribir y comportarse como un hombre. "Ella se negó, prefería ser la mujer sincera y directa de siempre. En seguida se la acusó de feminista, atea y pornográfica", cuenta Alberdi. Desde sus inicios, luchó para eliminar la desigualdad entre sexos y apoyo la mejora de la educación entre las mujeres, aunque a veces se quejara de la incomprensión que sufría de estas mismas. "Ese fue su caballo de batalla" , afirmó, señalando el daño que se les hacía con esa educación que las mantenía en la infancia. Defendía que la mujer había de tener más objetivos que la maternidad y para ella estaba claro que el trabajo era lo que podía dar sentido a la vida de las mujeres".

Dijo Alberdi que la pensadora coruñesa no anduvo con términos medios. "Se declaró como una feminista radical que cree que todos los derechos del hombre debían tenerlos las mujeres y eso, que suena normal ahora, sonaba entonces muy mal. Fue por tanto una de las más importantes pioneras de esos derechos en nuestro país".

A pesar de la incomprensión que sufrió, Pardo Bazán no se desvaneció según Alberdi: "Escribió más de 500 cuentos, tuvo muchos lectores y ganó mucho dinero. Trabajó siempre aunque podía haber vivido de las rentas. Ansiaba reconocimiento y honores"..

Cierto que durante toda su vida Pardo Bazán se dedicó a la literatura y a la defensa de los derechos de las mujeres, pero no menos que conoció a mucha gente de los ámbitos políticos, intelectuales, artísticos... y se la relacionó con autores de su mismo nivel como Benito Pérez Galdós, con el que se supo por los papeles póstumos de éste que había mantenido relaciones íntimas. En el ámbito familiar también rompió los moldes establecidos para una mujer del siglo XIX. Se casó joven, tuvo un hijo a los 8 años, se separó a los 33 años porque su marido quería que dejara de escribir... . Muchos dicen que tuvo una relación amorosa durante 20 años con Benito Pérez Galdós, pero podemos creer que tuvo otras varias de índole amorosa, como mujer de carácter y gran animosidad, y hay que valorar la gran discreción que tuvo, quizás por respeto a su marido. Lo que está claro es que tuvo una vida muy intensa, entre su Pazo de Meirás en A Coruña y Madrid".