Su aspecto de casa de cuento no hace sospechar su longevidad. El Chalé El Pilar, situado en la calle López Mora, cumple 100 años este mes de octubre. El arquitecto vigués José Franco y Montes firmaba hace un siglo el proyecto del edificio, encargado por Camilio Teijeiro Martín.

El inmueble estaba destinado a ser la residencia habitual de la familia Teijeiro Martín. Su estilo supuso toda una novedad arquitectónica a comienzos del siglo XX en Vigo. "Era una edificación imposible de encontrar en Galicia", relata el arquitecto Jaime Garrido. "Supone la introducción de la arquitectura regionalista en nuestra comunidad, aunque no sea un estilo autóctono sino importado de centroeuropa", matiza. En este sentido, Franco y Montes se adelantó incluso al regionalismo gallego, que no emergería hasta los años 30 con Manuel Gómez Román como máximo exponente.

En la actualidad el edificio todavía sorprende por sus formas, especialmente por los dos picos a modo de torreones, y la hermosa galería que el más bajo alberga. El chalé está inspirado en los "cottages" suizos o alemanes, y contiene numerosos elementos pintorescos. "Las cubiertas son muy empinadas, ya que son propias de zonas donde nieva mucho. Y las torretas son típicas de las casas austríacas de la época", expone Garrido. "Lo más probable es que José Franco y Montes viera este tipo de casas en las revistas de la época y las tomase como ejemplo". "Es habitual que los arquitectos tomen referencias de otras construcciones, pero este en concreto solía copiar modelos de forma evidente", puntualiza.

En su interior conjuga elementos neomedievalistas con modernistas, como los huecos de las puertas. Especialmente bellos son sus elementos en madera, como el artesonado y las escaleras, que se conservan perfectamente. "Lo más extraordinario de El Pilar es que se mantiene sin cambios. Está tal como se construyó", destaca Garrido. Desde la Casa de la Xuventude -que hoy acoge el chalé- indican que el único elemento que se modificó en su remodelación fue la vidriera, debido a la ruptura de la anterior.

Un chalé con vistas al mar

"Está extraordinariamente bien conservado y ha aguantado la enorme presión urbanística de la zona", sentencia el veterano arquitecto autor de "Vigo, la ciudad que se perdió". El Pilar y la Casa de Rosendo Silva son los únicos ejemplares vivos de la desaparecida ciudad-jardín de Vigo. "En aquella época López Mora estaba fuera de la ciudad, era la carretera de Baiona. Estaba rodeada por arbolado y se veía la playa. Era una zona lujosa para las familias acomodadas que no querían vivir en el centro, y con buenas vistas a la ría", relata Garrido.

La pujanza inmobiliaria que vivió la zona se nota a simple vista. El Pilar se encuentra asediado por los edificios circundantes, que sustituyeron a las antiguas viviendas de diversas tendencias (pintoresca, galeguista, ecléctica, medieval?).

"Es un espacio visual muy grato. Un islote en medio de tanta edificación en altura. Es un acierto que se haya mantenido el jardín que envuelve a la casa; le da un carácter original y evita ahogar más el chalé", alaba el arquitecto.

Espíritu joven

El edificio pasó a manos del Concello de Vigo el 20 de diciembre de 1983 tras llegar a un acuerdo con la Inmobiliaria Gallega El Pilar S.L. por la que se cedían la casa y parte de la finca. En la antigua parte trasera del jardín se levantaron los edificios que hoy dan a la calle Camelias.

Tras una mínima remodelación que permitió adaptar las estancias a su nuevo uso público, la Casa da Xuventude inició su actividad en 1985. El Pilar está incluido en el Catálogo de Bens Culturais del Concello de Vigo y cuenta con un nivel de protección integral.

Desde la Casa da Xuventude intentan reunir imágenes antiguas del chalé, por lo que piden a aquellas personas que tengan fotos de él, las envíen a xuventude@vigo.org o las entreguen personalmente.