-¿Se da el pie diabético en personas con la enfermedad avanzada?

-No, eso es lo que se piensa. Muchas veces, el diabético cree que al no ser diabético desde nacimiento no tiene tantos riesgos de padecer las consecuencias de la enfermedad como la retinopatía, la enfermedad renal y el pie diabético. No es así. Casi siempre, las patologías se manifiestan en pacientes que tienen diabetes tipo II. Es decir, los que están diagnosticados de adultos. Es más normal ver el pie diabético en hombres y mayores de 55 años de edad. Por cada mujer que lo tiene, hay tres varones.

-En Galicia, ¿se trata de un problema secundario?

-En Galicia, hay muchos casos de diabetes. Su demografía es muy dispersa y hay mucha población de la tercera edad, por lo que no sabemos exactamente el número de pacientes que hay. En estos momentos, es una de las mayores preocupaciones de Sanidade y debería serlo el pie diabético. Está gastando mucho dinero con estos pacientes.

-¿Qué objetivos tendrá la futura Unidad de Pie Diabético del CHUS?

--Esperamos que empiece a funcionar este año. Lo que pretende es que los pacientes no lleguen 'desguazados'. Me explico: cuando los pacientes llegan a nosotros normalmente ya no hay mucho que hacer. Al final, ingresan en el hospital. En ese ingreso, hay un gasto importante en antibióticos, además de ponerse unos mecanismos en marcha que habría que prevenir. Estos pacientes tendrían que tener una prevención como la que se realiza para evitar la retinopatía diabética en la que hay revisiones y tratamientos previos por parte del oftalmólogo. Para el pie diabético, sería el podólogo el que haría el tratamiento y prevención.